DE LOS NAZARENOS
Estamos llenos de costumbres ancestrales que se van cumpliendo
fielmente a través de los años. Algunas familias conservan celosamente los
hechos, los dichos, las tradiciones que ya repetían sus abuelos y a pesar del
tiempo transcurrido, los nietos procuran que no se pierdan en la actualidad.
A mi
bisabuelo paterno (1839-1923) le llamaban, y así él mismo se firmaba después
del nombre y primer apellido, “El Cojo de Nazareno”, (Antonio López, El Cojo de
Nazareno). Sus descendientes más jóvenes sabíamos por nuestros padres que, en
efecto, estaba cojo por un accidente que
padeció en su infancia, y también sabíamos que fue nazareno o cofrade de
la hermandad de Jesús Nazareno, como por tradición lo somos sus descendientes, (por
ejemplo, en mi casa somos ocho nazarenos, que pagamos nuestras cuotas anuales y
participamos en la Semana Santa de cada año: un servidor, mis dos hijas e hijo,
y mis tres nietas y nieto; oscilando nuestras edades entre los dos años de
Alicia, la nieta y nazarena más jovencita, hasta los ochenta y dos años míos).
Pero, hace
muchos años que, investigando sobre otros temas, me encontré un censo municipal
del año 1857 y en dicho censo figuraba el padre de mi bisabuelo, es decir, mi
tatarabuelo paterno, que lo tenían inscrito en dicho censo como Antonio López
“Nazareno”; y no era ese su segundo apellido, que era Vinuesa. Entonces
comprendí que, antaño, aquella familia
era conocida en el pueblo como la familia de “los Nazarenos”, pues seguí
buscando en los archivos: el parroquial de La Roda y el Histórico
Provincial de Albacete, en el Catastro de la Ensenada, Protocolos Notariales, etc.
llegando mis hallazgos hasta más allá del año 1640, con un Antonio López
“Nazareno” casado con Ana Beltrana, que fue nuestro abuelo octavo, es decir
cinco abuelos más después del tatarabuelo antes mencionado. Casi todos ellos, y
hasta las hermanas, llevaban el “Nazareno” o “Nazarena” al final de su nombre.
¿Era un apodo o mote? ¿Por qué? ¿Qué se guardaba tras ese nombre a través de
los siglos?
Y empecé a
intuir que algo había relacionado con la hermandad de Jesús Nazareno, pues habían
sido cofrades de ella; aunque los más antiguos lo habían sido de la hermandad de
“La Sangre de Cristo”, primitivo nombre de la cofradía, antes de ser prohibidas
sus procesiones disciplinantes con flagelaciones sangrientas, por el rey Carlos
III en el año 1777, siendo disueltas las cofradías pasionarias con tales
flagelaciones públicas. Pero fue reformada la cofradía, cambiándole el
nombre por “Hermandad o Cofradía de
Jesús Nazareno” y dejando de ser disciplinantes, siguieron
haciendo las procesiones de Semana Santa con la misma imagen del
Nazareno, y los cofrades siguieron llevando las túnicas del
mismo color anterior: el morado. (Y siguió siendo la única cofradía pasionaria
o de Semana Santa que hubo en La Roda hasta el año 1928).
El por qué
del curioso nombre de la familia “Los Nazarenos”, no llegué a descubrirlo
completamente, pero ya a finales del siglo XVI , hubo una María “Nazarena” casada
con un Antonio López y consta que a uno de sus hijos el obispo de Cuenca vino a
confirmarlo junto al resto de jóvenes de La Roda de entonces. Y ahí me quedé. No
terminé la investigación del ¿por qué aquel apodo?, y todavía lo tengo
pendiente.
¿Tendría que ver con representaciones
teatrales de la Pasión en la propia iglesia donde ella hiciera de María
“Nazarena”? ¿Sería porque toda la familia participaba en las primeras
procesiones de nazarenos? ¿Por qué a través de los siglos, hasta los tiempos de
“El Cojo de Nazareno” permaneció ese nombre o apodo tan significativo? No sé si
alguna vez lo llegaré a descubrir; pero desde luego la tradición familiar de
seguir siendo nazarenos de la misma cofradía que nuestros ancestros, sigue
cumpliéndose.
Adolfo Martínez García
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