CARMEN: ¡Hoy, 14 de abril, es tu cumpleaños. Y de nuevo, como siempre: ¡MUCHAS FELICIDADES!, aunque no te podamos ver y besar; pero te imaginamos allí, muy alto, en el Cielo, y también muy cerca, dentro de nuestro corazón.
Deseo que desde donde esté tu espíritu, con tu imagen joven, atractiva, cariñosa y
alegre, estés recordando, como todos nosotros, tantas escenas entrañables de
este día que siempre celebraste con muchísima alegría y cariño. Y ¡cómo no!,
especialmente deseo que recuerdes aquellas primeras celebraciones en nuestra noviez enamorada, cuando tú y yo
descubrimos cuánto nos queríamos; y después en nuestro matrimonio lleno de amor,
belleza y esperanza, con tantas ilusiones y proyectos de juventud y de madurez,
rodeados ya de nuestros hermosos hijos y
nietos.
Gracias, Carmen, por haber estado junto a mí y por quererme; por
estar junto a todos nosotros, tu familia, todos los años que el destino te quiso
conceder. Te marchaste pronto, pero nadie te olvida. Tus amigas y amigos, familiares,
hijos y nietos, conmigo, jamás dejaremos de añorarte, quererte y recordarte.
¡Feliz
día en el Cielo!
Eternamente… Adolfo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario