domingo, 20 de diciembre de 2020

HACE YA UN AÑO 

Tal vez, por hacer un año de su inesperada muerte, piensen algunos familiares y amigos que debemos poner unas palabras recordatorias en el día de hoy.  Se tiene costumbre de hacer algo parecido en la conmemoración del mes y del año del fallecimiento de las personas ( la misa de mes, la misa  del año, esquelas recordatorias, etc.) Y no deseo romper esa tradición cristiana. 

   Pero han sido todos los días cuando la hemos seguido recordando mentalmente y la he visitando en su nueva morada. Y le dedico mis pensamientos, recuerdos y sentimientos en un libro homenaje a su maravillosa personalidad, que sus amigas y familiares poseen ya de la edición especial y limitada, exclusivamente para ellos, pues no está a la venta.

   Por esta hora, en la que escribo estas palabras, se le decía una misa de cuerpo presente a Carmen en la iglesia El Salvador, y después, casi anocheciendo, se le dio sepultura . Había fallecido el día anterior, el 19,  en la clínica de Santa Cristina de Albacete por una parada cardiorrespiratoria, dada su extrema debilidad, tras 21 días sin apetito para poder alimentarse, motivado por un tratamiento preventivo, que le resultó nefasto, muy tóxico, como puro veneno.¡Parece imposible e irreal; pero así fue!
    Agradecimos la masiva asistencia y compañía de tantos amigos y vecinos en aquellos días tristes, y agradecemos profundamente los recuerdos y oraciones que podáis ofrecerle aún. Muchas gracias.

Adolfo Martínez García


sábado, 11 de julio de 2020



ESTRELLAS INFANTILES
Me he encontrado gratas sorpresas de actuaciones de hace 36 años, que no había olvidado  porque en directo tenían gran calidad en sus voces e instrumentación, pero las tenía algo difuminadas en la memoria. 
Año 1984. En el festival del fin del curso escolar, colegio José Antonio.
   Y ahora,  al buscar posibles canciones e imágenes de mi esposa en las viejas cintas magnetofónicas o vídeos antiguos, he vuelto a encontrarme con aquellos alumnos y alumnas de la añorada E.G.B. que nos dejaron grabados en vídeo su arte y su virtuosismo;  aunque el vídeo testimonial quedó fatal por los ruidos, gritos y viento fortísimo que arruinaron artísticamente el reportaje de Rosell. Mas,  reconozco que algunas personas ya eran pequeñas estrellas por sus cualidades artísticas, aunque, tal vez, no hayan seguido cultivando aquellos dones que tenían. Pero donde hubo calidad, deberá seguir habiéndola. Y si leen este artículo, ojalá que sigan deleitando con su voz o instrumentos musicales a quienes tengan a su alrededor.
  
Mari Cármen García Verdejo
Fue en el día 26 de junio de 1984. La presentadora era Julia Martínez, de octavo curso, que también acompañaba la canción con su guitarra junto a Juan Nieves, José Cuesta, e Isidoro Martínez, y éste, era un gran guitarrista que también punteaba la melodía magníficamente. Y la cantante… ¡Mari Carmen García Verdejo!, también de 8º curso. Una verdadera estrella para su edad, pues bordó la canción con el mismo estilo y melodiosa voz que tenía la británica Jeanette  cuando cantaba… “Yo, soy rebelde porque el mundo me ha hecho así…” etc. (Recuerdo que conseguimos el disco original para que aprendiera la letra e intentara cantar parecido); y así fue, estuvo maravillosa.
   Lo mismo podríamos decir de otros muchos artistas que intervinieron. Y varias veces volvió Isidoro Martínez a acompañar a sus compañeros: a Remedios Arenas en una ranchera; a Francisco José Sánchez Cano tocando genialmente la flauta dulce; así como a Pascual Lara Sáez, también con la flauta, (y actualmente toca en la banda de música rodense); o a  nuestro amigo Chicano cantando y haciendo de Tejero.
   Pero hoy, deseo rescatar del olvido y compartir con todos aquel “Soy rebelde” de Mari Carmen García Verdejo, acompañada de las guitarras de los cuatro compañeros mencionados. Desgraciadamente, en las tomas de vídeo ya hemos dicho que no acompañó el tiempo ni las circunstancias, distorsionándose todas las imágenes y sonidos. Menos mal que, se ha podido aportar el sonido de los ensayos previos al festival, que grabábamos. Y las fotos son testimoniales, pues son fotogramas del mencionado vídeo y se ven fatal; pero constituyen un gran recuerdo.
   De la joven cantante, Mari Carmen, había perdido totalmente su pista desde que salió del colegio José Antonio; pero creo que vive en Alcobendas, está casada y tiene una hija preciosa, muy parecida a como era ella de niña. 
Como los fotogramas del vídeo se ven tan mal, para tener una imagen de Mari Carmen en la actualidad,  podemos ver su rostro en su perfil de Facebook, donde está casi como era de niña. Y si lee este artículo le ruego que me disculpe por presentarla de protagonista y estrella de un pasado reciente; pero escuchando su voz, bien se merece este humilde homenaje junto a sus compañeros.
   (Presento aquel evento de dos maneras: una tal y como se grabó el vídeo y el audio, y por lo tanto se ve y oye mal, con el ruido del aire y del entusiasmado público infantil presente. Y otra con el buen audio de un ensayo que pasé a MP3 y lo escuchamos junto a un fotograma fijo, donde se apreciará la bonita y dulce voz de Mari Carmen.  Espero que puedan abrir los dos archivos quienes deseen escuchar a aquella chica jovencita, hoy una dichosa mujer, a la que rendimos nuestra admiración y deseos de felicidad junto a su familia).    
                                       ADOLFO MARTÍNEZ GARCÍA

                                                             
BUEN AUDIO DEL ENSAYO EN FOTOGRAMA FIJO
MAL VÍDEO SOY REBELDE DEL FESTIVAL

sábado, 20 de junio de 2020


CONTINUAR,  POCO A POCO

   Aún sin demasiadas ganas, tengo que seguir con mis aficiones. A Ella siempre le gustó que empleara así mi tiempo libre: buscando o investigando sobre nuestro pueblo y sus gentes, escribiendo y publicando lo que encontrara. O, dejando transcurrir mi tiempo  en otros temas y modalidades que me gustan.
   Cuando terminaba algún escrito de investigación, era la primera que lo leía y hacía sus posibles sugerencias. (Hoy, día 20 de junio, hace seis meses  que nos despedíamos de su cuerpo para siempre. Ya era anochecido cuando la dejamos en su nueva morada y nos bajábamos a nuestras casas. Más o menos como ahora está la tarde, cuando estoy terminando este artículo).
   Poco a poco como Ella decía me vienen rondando los finales de algunos proyectos casi terminados hace tiempo y que dejé abandonados desde que Carmen también nos abandonó irremediablemente.

   Como estoy seguro que Ella querría que finalizara todo  lo que yo tenía iniciado, sigo pensando cómo cerrar el libro “Los artífices de la torre”, donde aparecen sugestivas e importantes imágenes de documentos de nuestra historia, y concretamente de nuestra ancestral torre  y sus arquitectos, como ésta parcial del año 1604 u otras muchas similares que custodio celosamente:

    También me viene a la mente, cuál es la verdad, que vemos todavía algo confusa, respecto a las viejas circunstancias que rodearon a la antigua imagen de la Virgen del Carmen.
   Y me centro hoy en este último dilema. Pues como ya comenté en este blog “LA RODA, MI PATRIA CHICA” y en el artículo de fecha  29 de mayo de 2014, la magnífica talla de la Virgen del Carmen, tallada en 1786 por el escultor   José Esteve Bonet, alumno de Vergara, y éste, autor de la fachada de alabastro  del palacio del “Marqués de dos Aguas” en Valencia, se había caído en una procesión en La Roda, el día 14 de diciembre de 1930, acompañando a la imagen de la Virgen de los Remedios. Y tras una suscripción popular que duró unos cinco meses,  fue restaurada por un notable escultor en Valencia. Y ya en mayo de 1931, cinco meses después, volvió la imagen a salir a recibir y despedir a la Virgen de los Remedios en sus visitas a La Roda por rogativas, acompañándola también en las procesiones, como siempre hizo. Después fue destruida en la guerra civil (1936-1939) según testimonios de la época.
   Y se creía destruida; pero fue el hecho desmentido a través de las palabras del historiador y escritor don Luis Guillermo García-Saúco Beléndez, publicando en 1995 que la imagen original del escultor José Esteve Bonet había aparecido en una cripta del templo rodense cuando él  dirigía un trabajo de catalogación de las obras de arte.

    Ya en mi artículo del blog de Internet, anteriormente mencionado, expresé las diferencias y extrañezas que se apreciaban al comparar las cabezas y sus posturas en la Virgen y el Niño. Aunque había una gran similitud en la composición, pliegues de los vestidos y otros elementos de la talla que  hacían dudar si existieron dos autores, el primero que la creó, y después el restaurador.

Imagen antigua  de Esteve Bonet.

   Hubo una esperanza de que el grupo escultórico podría haberse salvado de la destrucción durante la guerra civil,  y las discrepancias observables en la cabeza de la Virgen,  etc.  serían debidas a que el escultor que la restaurara en su momento modificaría las posturas. Esa podía ser una de  las suposiciones más generalizadas: Que,  menos las cabezas,  el resto de la talla podría ser la misma del gran Esteve Bonet.
    ¿A pesar de las noticias testimoniales de su destrucción se había salvado? Esas eran las dudas que surgieron tras la publicación del señor García-Saúco.

   Pero, últimamente, he conocido el testimonial recuerdo de una persona que me ha asegurado y clarificado los hechos verdaderos y desbarata las suposiciones o afirmaciones del albacetense García-Saúco; pues me asegura que la actual Virgen del Carmen es una nueva talla realizada después de la guerra civil, y fue obra del escultor de Villarrobledo Jesús Castellanos, (discípulo del valenciano Mariano Benlliure), y que dicho artista  le comunicó personalmente su autoría cuando coincidió con él en su propio pueblo de Villarrobledo.
Imagen nueva de Jesús Castellanos

   Parece ser que el entonces cura párroco de La Roda, don Joaquín Díaz Rueda,  le encargaría  hacer la imagen al artista de Villarrobledo, puesto que la primera, la de Esteve Bonet había sido destruida. El nuevo testimonio corresponde a nuestro amigo Francisco Gómez Canales, que hace poco ha leído el artículo del profesor García-Saúco, a pesar de que fue publicado en 1995, ( y me imagino que tampoco lee mis artículos de Internet, si no maneja el ordenador) y se ha indignado porque la talla no es la original de Esteve Bonet, pues él mismo trasladó a la cripta la nueva imagen para que no cogiera polvo y desperfectos durante las obras que dirigió en la iglesia en los años de 1960.

   Entonces, uno puede preguntarse: ¿ Las dos ánimas del Purgatorio que llevaba la imagen primitiva de Esteve, también fueron destruidas en la guerra?, o ¿es que se salvaron de tal desastre? Pues sabemos que una de ellas se reconvirtió en el paso “La negaciones de San Pedro” de  la cofradía “La Soledad” en la Semana Santa de 1998; y la otra ánima sigue existiendo junto a la nueva imagen de la Virgen del Carmen. ¿Se salvó de la destrucción la primera ánima y estaba deteriorada y abandonada en la cripta mencionada, aprovechándose correctamente su existencia para crear un nuevo paso? ¿O es que las dos ánimas también eran nuevas y las talló en segundo escultor, Jesús Castellanos junto con la de la Virgen y el Niño? De ser así, y ser tallas nuevas y bien conservadas, como vemos que está ahora la imagen de la Virgen del Carmen y la otra talla del Purgatorio que la acompaña, ¿cómo se atrevieron a quitarle un ánima al conjunto del grupo escultórico nuevo de Jesús Castellanos y reconvertirla en el San Pedro actual? ¿Qué ocurrió realmente?
    ¡Son pequeños enigmas de nuestro pueblo que no están demasiado claros; pero, sí llenos de atrevimientos  increíbles!
                                         ADOLFO MARTÍNEZ GARCÍA

martes, 14 de abril de 2020


UN DÍA COMO HOY, NACIÓ CARMEN, MI ESPOSA.

   Hace un momento que nos ha llamado a casa, por teléfono, Gil Zorrilla, “el primo de Valencia e hijo del tío Juan José”, como aclararía Carmen. Èl siempre felicitó a su prima en este importante día conmemorativo de su nacimiento, y hoy no podía dejar de recordarla.
   Apenas he podido pronunciar algunas palabras por el teléfono. La emoción perdura demasiado intensa en los recuerdos y me quiebra la voz, nubla la vista con lágrimas, arrastrándome todavía al desconsuelo más despiadado. ¡No puedo dominar mi nostalgia y dolor, y mis recuerdos fluyen a borbotones junto a la mujer de la que estuve y estoy eternamente enamorado.
   Cuando he recibido la grata llamada de Gil, todavía mi mente y mis dedos seguían deslizándose sobre el teclado del ordenador escribiendo de Carmen desde las siete y media de la mañana. Siempre inmerso en los recuerdos de nuestra vida en común,  intento reflejar su bonita historia y virtudes en un  libro homenaje a su memoria. ¡Ni un momento la aparto de mi mente!
   Ella siempre celebró este día de hoy, su cumpleaños, con inmensa alegría, ilusión y solemnidad; y todos nosotros, su familia, le dimos  la importancia que tiene la conmemoración del nacimiento de una mujer llena de dones y simpatía, madre de tres hijos y abuela de otros tres nietos.
   Esa ilusión que siempre sintió en este día, “en su día”, me gustaría volver a recordar ahora, otra vez,  buscándola incesantemente en el cielo azul de nuestras creencias, cuando faltan todavía cinco días para que se cumplan  los cuatro meses de su llorada muerte.
   Por lo tanto, Carmen, no dejamos de pensar en ti, y hoy queremos elevar nuestro recuerdo hasta  donde esté tu buena y noble alma descansando en la Paz y  Amor infinitos… ¡Hasta allá, donde estén guardados tus hermosos sentimientos y experiencias espirituales e indestructibles elevamos nuestros pensamientos ! Y queremos darte, una vez más,  nuestro cariño en el día memorable de  tu hermoso nacimiento, adornado cada año con una  vida ejemplar de buena hija, hermana, esposa, madre y abuela tan querida e inolvidable: ¡Felicidades Carmen, aunque lo digamos con los ojos llenos de lágrimas!
                     ADOLFO MARTÍNEZ GARCÍA

lunes, 10 de febrero de 2020



NUESTRAS VIDAS CONTINÚAN

   
Momentos que no volverán de una  tarde familiar con Carmen.
   Después de muchos días queriéndome  adaptar a la ausencia física de Carmen, (ya 52 días transcurridos), no lo he conseguido todavía; ¡y debo lograrlo!, aunque sea por la familia que  convive a mi alrededor y me abriga con su cariño, pues no quisiera que, por verme todavía desesperanzado e infeliz, se entristecieran mucho màs de lo que ya están.
   Para no transmitirles esas preocupaciones con mi prolongado  inconformismo y lejana adaptación, debo ser capaz de continuar mi vida como era antes de morir Carmen, con cierta ilusión en lo que haga y piense; aunque como suele decirse “por dentro vaya la procesión”:  Reanudando mis investigaciones o búsquedas sobre temas rodenses, que siempre me apasionan; continuando las últimas correcciones a dos libros que podían estar  ya publicados; escuchar música; esculpir la madera o la piedra que un día guardé para cuando estuviera jubilado; volver a pintar; o ir con más asiduidad a la parcela a podar los árboles, cuidar los animales, continuar las obras inacabadas, respirar a pleno pulmón los nítidos aires de aquellos pinos plantados hace tiempo…;  y seguir cerca de nuestros hijos, y hacerme el joven jugando con nuestros nietos. 
Actualmente con mis tres nietos, Carmen, Juan y Lucía.
Por ello he de encontrar el camino para resignarme y aceptar cuanto antes esta nueva y desgarradora situación del destino, sin estar Carmen presente físicamente.

   Como Ella decía:
   “Poco a poco” todo se solucionará. “Poco a poco; poco a poco”.

   ¡Recuperar la creatividad artística que aún pueda tener, y seguir adelante; aunque no tenga ganas, ni ilusión!  Porque Ella era el alimento de mi imaginación e inspiración; mi compañera, mi censora y consejera: ¡Mi todo!

   Pero también pienso que jamás querría Ella que yo, como cualquier otro miembro de la familia que formamos, enfermara de nostalgia, neurastenia o cualquier otro mal de la mente o del cuerpo. Imagino que, si Ella pudiera manifestarse, desearía vernos a todos felices y animados a continuar nuestros caminos, llevando su precioso recuerdo permanentemente presente en nuestro cerebro y corazón; aunque no pudiéramos evitar la tristeza de su fallecimiento.
   A mí, desearía verme activo, más conforme y comprensivo con este triste desenlace. Y con sus sabios y prudentes consejos, me haría ver lo afortunado y feliz que he sido a su lado, como Ella lo fue conmigo en los 41 años de matrimonio, con otro año más de ilusionante noviez formal, junto a aquel primero de buenos amigos enamorados desde una inolvidable “excursión a la nieve”.
  
Carmen y yo en Toledo, en el homenaje a los jubilados.
Y Ella llevaría toda la razón, ¡como siempre! Y es lo que debo pensar cuando me embargue la lógica tristeza y desconsuelo por su ausencia física:
   ¡¡Que fui muy afortunado de tenerla a mi lado de compañera, disfrutando de su amistad y amor, de su alegría, optimismo y enorme humanidad!!  Dios me lo permitió, hasta que quiso llevársela con El a otra dimensión espiritual o Cielo, sin llegar a darnos cuenta de sus divinos deseos. Y todo se cumplió rápido, dejándonos desolados.
   Como sé que a Ella, lo que más le gustaba recibir de mí como un regalo, eran mis escritos, cartas o algunos pretendidos e improvisados poemas que me inspiraban sus ojos verdes o su corazón inmenso, ¡le quiero seguir escribiendo!
  
Dibujo a bolígrafo que  encabezaba una de aquellas cartas.
Cuando nos salía el tema de los escritos ante alguna próxima onomástica  suya, siempre me recordaba un poema mío que le gustaba muchísimo y había memorizado desde nuestros primeros años de enamoramiento. Una noche, tras su fallecimiento, me vino a la memoria aquel poema que tanto repetía ella con cariño, una y otra vez; pero aunque había sido yo el creador del mismo, sólo recordaba fielmente dos últimos versos:

 “…que forme pareja contigo
       en un delicioso rincón”.

    Y aunque podría haberme reinventado los versos que faltaban, quise ser fiel a su memoria, ya que había sido su poema preferido, y lo busqué durante casi toda la noche entre sus papeles, que eran mis cartas y dibujos de tantas felicitaciones y años. Tardé bastante tiempo porque volvía a leer todo, recreándome; pero no estaba allí aquel poema. Y no podía irme a la cama a dormir, aunque eran las tantas de la madrugada, dejando así la búsqueda del poema. Entonces como si Ella me hubiera recordado otro posible lugar me vino la idea de buscar arriba del armario de nuestra alcoba, levantando pacientemente todo lo que había encima y estaba tapado con un largo plástico. Y…, otra gran carpeta apareció llena de muchas más epístolas y dibujos míos. Fui pasando los folios despacio y pronto di con los versos buscados. ¡Allí estaba el poema con mi letra y un dibujo que le hice de un clavel humanizado con ojos y boca simulados, frente a una silueta de joven y bella mujer, Ella. Me sentí inmensamente feliz, y  dentro estaba manuscrito:

                      Clavel rojo, flor:
Busca la rosa de oro y trigo,
que es torbellino de amor,
y dile suave al oído
que forme pareja contigo
en un delicioso rincón.

   Y, si..., así, leyendo lo que yo le escribía en fechas señaladas,  la vi siempre feliz y soñadora, quiero imaginar que, hoy, podría volver a serlo, si viviera y pudiera leer estas palabras más calmadas, esperanzadas y conformes con nuestro destino; aunque siempre impregnadas de la romántica nostalgia que siento y el inmenso amor que le profesé y le profesaré mientras mi mente recuerde y mi corazón palpite.
                                
ADOLFO MARTÍNEZ GARCÍA

sábado, 18 de enero de 2020

¡CARMEN!
 Agradecemos vuestras palabras de consuelo y detalles de solidaridad que nos habéis dado  ante el fallecimiento de Carmen. Hasta ahora no había tenido fuerzas para daros las gracias. Fueron horas terribles que nos parecían  a todos mentira. 


Yo, su compañero y esposo, no dejo de llorar como un niño cada vez que la tengo presente en la mente, que es a casi todas horas. Aunque procuro contenerme ante quienes se paran a mi lado y me hablan dándome sus condolencias y mostrando su sorpresa por lo sucedido. Me preguntan cómo ha sido posible la muerte de Carmen, tan rápidamente, sin saber qué le había sucedido, pues, habitualmente la solían ver junto a mí, comprando por las tiendas de la Plaza Mayor, paseando o tomando algo en alguna cafetería de la localidad, llevando o trayendo a los dos nietos al colegio o a la guardería… Pero, a veces, no he podido remediarlo: me asaltaba una enorme pena y explotaba en sollozos de emoción. Sollozos que se convertían en un llanto amargo que me impedía hablar y, sin consuelo, destrozado por dentro, me marchaba emocionado sin despedirme ni disculparme.

Carmen está en mis recuerdos constantemente. Cualquier rincón de nuestra casa o de nuestro barrio me sugieren hermosas imágenes de escenas vividas a su lado. Y no me hago todavía a la idea de haberla perdido para siempre.
(Fotograma de tomavistas Súper-8). Del viaje de novios.

 
  Todos estos días he sentido  una extraña sensación, como que Carmen estaría comprando algo, igual que había hecho siempre: el pan, o cualquier alimento que le faltara en la cocina,  pero pronto volvería, como había ocurrido antes. Y en otros instantes, se me desvelaba la  cruel verdad y, entonces, mi amargura  y soledad las siento  con dolor muy profundo, oscureciéndose mis pensamientos y humedeciéndose  mis ojos con lágrimas ácidas, sin consuelo.

   Ahora es la madrugada del sábado, 18 de enero de 2020. Ya hace treinta días que falleció, y  veintinueve que recibió sepultura. Desde esta última fecha,  no he dejado de ir ni un  sólo día al lugar en donde quedó. En cada atardecer, y antes que el reloj marque las seis, que es cuando cierran las puertas exteriores del cementerio,  me quedo un rato frente al lugar donde está sin vida, y la recuerdo mil veces junto a mí, bien de joven o de más mayor, siempre divertida, atractiva, lista, cariñosa y simpática … Buena madre, esposa, hermana, amantísima de los dos nietos que la conocieron: Carmen, de cinco años, y Juan de tres; porque  Lucía, la hija de Fuen y Jesús, ha nacido felizmente hace  once días y Carmen ya no estaba. Y era muy querida de sus otros familiares: sobrinos, primos, cuñadas… y amigos. Un ser irrepetible, bondadoso, y muy solidario, a la que amé y amaré siempre.
(Fotograma tomavistas Súper-8). Del viaje de novios.

   Allí, de pie, ante  ella, aunque me parece un mal sueño y horrible pesadilla de la que quisiera despertar,  recuerdo nuestra vida, desde aquella inolvidable excursión a la nieve en las tierras de Segovia, donde nos conocimos, hasta los recientes y tristes días en los que la perdí irremediablemente.  Y allí,  mirando  su nombre impreso en la esquela  grapada en el yeso, o buscándola  otras veces en el azul del cielo que envuelve aquel doloroso lugar, reflexiono sin consuelo  sobre la vida y la muerte.

   Siempre deseo comunicarle algo, decirle lo que la añoro y la quiero, como si  ella me pudiese oír e incluso ver; y así,  estas visitas en el ocaso de las tardes, parecen causarme un cierto  consuelo y desahogo en mi dolor; aunque, bien sé, que el cuerpo allí yace y es imposible poder activar alguno de sus sentidos muertos, pues ella, sus órganos, su piel, o su cerebro se apagaron para siempre el día 19 de diciembre de 2019, cuando todavía la tenía entre mis brazos animándola a despertar de su último desmayo, ─que fue una parada cardio-respiratoria por pura debilidad tras tres semanas sin comer y apenas beber─, y que tampoco los médicos y otros expertos pudieron despertarla de aquel último sueño de eternidad.
(Fotograma tomavistas S-8) De  la excursión donde nos conocimos.

 
  Cuántas veces he creído y también he dudado si es posible que tantísimas personas que yacen allí, pudieran seguir existiendo espiritualmente cerca de los que vivimos, en aquel mismo lugar donde permanecen sus cuerpos, o  lejos, en otros sitios, tal vez en otra dimensión, Universo, Paraíso, Cielo, o Limbo.
   Las religiones quieren salvar esos crueles pensamientos negativos o dudas, y nos enseñan y ayudan con sus verdades y promesas que sólo se mantienen y transmiten por medio de la fe.  

   Sé que su querido cuerpo yace aquí; pero su alma, su espíritu, esa parte intangible que, desde niños, nos enseñaron su existencia nuestros mayores: padres, maestros  y  sacerdotes, ¿dónde está ahora?
   Aunque, enseguida contestemos igual que le decimos a los nietos cuando nos preguntan lo mismo:
   ─¡Está en el Cielo!
    Pero también... ¿Cerca de nosotros? ¿Cerca de  quienes la amamos y respetamos? ¿Visitando los lugares felices de su vida terrenal? ¿Más allá de las estrellas, con Dios? …
   ¡Seguro, sí que está  en nuestra mente y en nuestro corazón cada vez que la recordamos “a todas horas”, todos los días!
Carmen en la excursión donde nos conocimos.

   Alguna vez, aunque pasen siglos y siglos, los científicos podrán demostrar que esa parte espiritual, inmaterial, de energía existente en nosotros mismos y que llamamos alma o espíritu, tiene que tener una conexión desconocida con nuestros pensamientos, con nuestras células y sus ínfimas partículas, con sus moléculas y átomos. Y existirá una explicación científica del desprendimiento o expulsión al exterior del cuerpo de esa  parte espiritual o alma, de esa energía inmersa en las células humanas, como almacenada en pensamientos y sentimientos vividos, y que, una vez muertas las células, esa energía  o alma, invisible e inmaterial, se desprende del cuerpo hacia el infinito, como surgen y salen los pensamientos de la mente. Tal vez, tenga que ver con el electromagnetismo, la luz… la física cuántica, o  la química, aunque ahora no tengamos nada más que la fe para imaginarlo.
 
De nuestra boda, el 12 de agosto de 1978.
  En mi ansiedad por saber de Carmen, y no volverme loco  de desesperación, de tristeza y amargura, 
quiero y deseo creerme todas las enseñanzas buenas y positivas sobre el Cielo, que me podrán ayudar a soportar esta soledad  ante la eterna ausencia terrenal de Carmen.  Creer y saber que existe ese alma espiritual dentro de nuestro ser  y que al morir nuestro cuerpo y quedar finalmente como polvo en la tierra, la otra parte espiritual llamada alma, como desconocida energía,  sigue existiendo en otra dimensión, estado o lugar que los católicos llamamos Cielo.
   No ceso de pensar en ella, y desearía saber más de su paz inmensa, de su luz y contemplación celestial y divina; saber si puede estar algún instante junto a cualquier familiar que la recuerde  y la quiera; si puede visitar o permanecer ocasionalmente en los habitáculos en donde fue inmensamente feliz alguna vez; si acompaña espiritualmente  a sus hijos, Toñi, Adolfo y Fuensanta en el trabajo o en sus hogares; lo mismo que  a sus nietos, Carmen, Juan y Lucía. Y poder  creer que está algunas veces junto a mí, su esposo y compañero, que tanto la quise y la quiero, animándome mentalmente en mi vida  con su optimismo y alegría.
Deseo que esté espiritualmente muy cerca, aunque nunca la oiga,  ni la vea.¡ Yo, al menos, así necesito creerlo!  ¡Pensar que también puede estar a mi lado, que me ve y escucha, y dulcifica mi vida y mis pensamientos!

   Así, siempre podré hablarle con la voz o con  la mente. ¡Así me sentiré mucho mejor! Me consolaré en esta autodefensa de mi propio cerebro y, seguramente, ella pueda venir  a mí alguna vez en los dulces sueños, acompañándome en mis largas noches, pudiendo  verla en la mente, tocando mis pensamientos su imagen fugaz con el amor y el respeto que siempre le tuve. ¡Y seré muy feliz de nuevo, soñando ensimismado con ella; y tan enamorado como siempre lo estuve, lo estoy y lo estaré!... Escuchando el melodioso susurro de sus sagrados labios, volviendo a decirme aquel bello ¡Te quiero! 
      
                                                                          ADOLFO MARTÍNEZ GARCÍA

  NUEVAMENTE LLEGÓ TU CUMPLEAÑOS  Con flores, lilas silvestres, con versos, libros, pensamientos en miles de recuerdos..., vuelves a ser la ...