EN BENIDORM UN FIN DE SEMANA
Coincidiendo con ser el
domingo día 7 de septiembre la fecha
conmemorativa del nacimiento de Juan, mi nieto, en su noveno año, y aprovechando
el último fin de semana de sus vacaciones
veraniegas (puesto que el colegio empezaba al lunes siguiente), pasó el niño este estupendo fin de semana en Benidorm
junto a sus padres y hermana, donde tienen una vivienda magnífica; y,
afortunadamente, tuvimos el honor de ser
invitados a viajar con ellos y disfrutar de su compañía y hogar, mi hermana Crescen o "Quequen" ( como la llaman corrientemente sus sobrinos), y un servidor, pasándolo magistralmente bien.
Ya con sólo contemplar y admirar la grandiosidad
del mar y la playa desde uno de las amplias
terrazas-miradores de la vivienda en primera línea, sintiendo la caricia vital de la brisa mediterránea,
te reconforta y te hace feliz; y sobre todo, bajo un sol de septiembre menos hiriente, bañarte
en esa playa de poniente sintiendo la suavidad de sus finísimas arenas y tibias
aguas entre las olas inquietas, es un grandísimo placer.
Juan Eloy y Toñi son unos buenos anfitriones
que nos brindaron toda clase de comodidades y atenciones en nuestra estancia;
todavía sentimos el recuerdo y el sabor marinero del espléndido arroz con centollo
del domingo en la terraza del restaurante donde celebramos el cumpleaños de
Juan. Y, después, con su soplo sobre la vela del nueve conmemorativo, cántico
tradicional, entrega de regalos, miradas de despedidas al mar y al paisaje con piscina de la urbanización… iniciamos el final del magnífico evento familiar,
regresando agradecidos y dichosos a nuestra tierra manchega.
Adolfo Martínez García
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