CURIOSIDADES HERÁLDICAS LOCALES
Bien por dejar el coche
bajo su sombra, bien porque en su interior acoge a muchísimos mayores de
nuestra villa, pasamos casi todos los días por delante del magnífico “Lienzo de doña Ana” con su escudo testimonial de un pasado hidalgo, y lo admiramos por su hechura renacentista e historia que aglutina recuerdos de personajes
importantes de su época.
Fue levantada
tal construcción por encargo de don Pedro Carrasco Barrionuevo y su esposa doña
Ana Ortiz Ramírez de Arellano, para un proyectado palacio que no llegó a
construirse, pues se pararon sus obras ante la muerte de don Pedro en el año 1591, y así ha
llegado hasta nosotros.
Sobre la portada del “Lienzo de doña Ana”
está el escudo de armas o escudo nobiliario de esta rama rodense de “Carrasco y
Barrionuevo” de La Roda, del siglo XVI; y hay otro escudo existente en la “Esquina de
Alcañabate”, del siglo XVII, concretamente de 1627, correspondiente al mismo
linaje rodense de Carrascos, pero en su variante de “Carrasco y Alcañabate”(la
mansión con su escudo era de don Pedro Carrasco y Alcañabate), teniendo ambos escudos
idénticas figuras en los cuarteles que se refieren al linaje Carrasco:
El escudo del “Lienzo…” aparece partido (verticalmente) en dos
cuarteles; llevando en el primer cuartel una carrasca con un desdibujado o
desgastado animal (¿lebrel…?) ; y el
segundo cuartel está a su vez cortado (horizontalmente), mostrando en el
subcuartel de arriba una estrella, y en el de abajo una flor de lis.
Idénticas figuras se repiten en el tercer
cuartel del escudo de la” Esquina de Alcañabate”, que como ya hemos dicho pertenece a los “Carrasco
y Alcañabate”. Por lo tanto, estas dos ramas variantes del linaje rodense de los Carrascos, llevan
las mismas figuras ya expresadas: una carrasca con animal; una estrella y una flor de lis. Sus personajes históricos eran
familia y tenían un mismo origen común.
Sin embargo, las figuras que corresponden al
escudo de la rama albaceteña de “Carrasco y Villanueva”, en la capital,( emparentados
con los de La Roda), aunque llevan también parecida disposición, es algo distinto
al rodense: Primero está el escudo cortado (horizontalmente) en dos cuarteles,
y el cuartel de abajo, a su vez está partido, llevando en el subcuartel de su
derecha la figura de la estrella; en el
subcuartel de su izquierda lleva una flor de lis; y en el cuartel de arriba
muestra un castillo con un lebrel atado en la puerta y tres carrascas a cada lado del castillo, (estas
son figuras distintas a las de La Roda, que es una sola carrasca y sin castillo).
Y pueden verse perfectamente las figuras
completas de este escudo del linaje Carrasco y Villanueva en Albacete, en uno
de los dos escudos de la antigua fachada de la “Casa de los Picos”, demolida en
el año 1977, y después adosada a la entrada de la antigua “Posada del Rosario” (véase
en foto adjunta).
En nuestra localidad, hay un tercer escudo
nobiliario con un cuartel alegórico al linaje
de los Carrasco, tallado en el siglo XVIII, y que está en la fachada del palacio de la Condesa de
Villaleal; pero en este caso, las
figuras se refieren a los Carrascos de
Albacete, pues lleva las figuras ya
mencionadas del escudo de los “Carrasco y Villanueva” de la ciudad de Albacete.
( Resulta que nuestra paisana doña Joaquina
de Arce y Lara, “Condesa de Villaleal”, podríamos considerarla estar dentro de
los linajes y escudos de dos ramas diferentes de Carrascos: por un lado los “Carrasco
y Barrionuevo” de La Roda, por su bisabuela doña Ana María Carrasco Ramírez
de Arellano, casada en el año 1662 con don Juan de Arce de la Torre Villanueva
y Zapata; Y por otra parte, con el linaje
y escudo de los “Carrasco y Villanueva” de la ciudad de Albacete, a través de
su marido don Fernando Carrasco y Rocamora, con el que se casó el día 4 de
octubre del año 1777, descendiente de
aquel linaje albaceteño del siglo XVI, encabezado originariamente por los
hermanos don Pedro y don Pablo Carrasco
que consiguieron la ejecutoria de hidalguía, para ellos y sus descendientes, en
el año 1564. Las figuras de dicho escudo
albaceteño están talladas en el escudo de
la fachada del palacio de la condesa de Villaleal de La Roda; ( si bien, en
éste no lleva tres carrascas a cada lado del castillo, sino una a cada lado).
Aunque,
todas las ramas “Carrasco” mencionadas de uno y otro sitio, pudieran tener un mismo
origen ancestral si nos remontáramos hasta los tiempos de la Reconquista.
Por rutinas y costumbres habituales “ vamos de paso” por nuestras calles y no
pensamos ni nos detenemos demasiado en los restos pétreos que aún permanecen en
pie y son testigos fidedignos del pasado de nuestra villa; pero “de vez en
cuando”, deberíamos pararnos ante ellos
para congratularnos orgullosos de
tenerlos ahí aún, a pesar de los siglos que han transcurrido por ellos; porque,
afortunadamente, son la prueba palpable
del respeto que tenemos los vecinos de La Roda por nuestra historia y tradición.
Adolfo Martínez García
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