INÉDITAS AVENTURAS DESDE LA RODA
Siempre gustó mucho nuestro
pueblo. Por su situación geográfica entre importantes vías de comunicación,
haciendo accesibles y fáciles los viajes a las playas y puertos levantinos, o
en sentido contrario, viajando al centro
y capital de la nación con la misma comodidad y presteza; o tal vez por su
ambiente y vida tranquila y sosegada, castellana, muy manchega y, aunque
humilde, no exenta de inquietudes y sueños de grandeza… nuestra villa ha sido
muchas veces elegida como lugar de residencia y destino de personas de la más
variada condición. A las gentes les gustó y les gusta vivir en La Roda. Algo
especial tendrá que la hace atractiva.
Pero también nos enorgullece que haya sido el lugar de origen de olvidados
personajes no ficticios; los últimos descubiertos los hemos recogido para
nuestra modesta historia local en el anterior artículo publicado; como fueron:
el “maestro de capilla” Bernardo Bernardino de Monteagudo, el traductor morisco Mahamet el
Tahager de Urrea , el morisco Mahamet
Corral Andaluz, y el judío-converso Alonso Pacheco Solís.
Mas, nuestro asombro es
ya mayúsculo cuando alguien, ─no se sabe su nombre, y por lo tanto, su curioso y elaborado trabajo
sigue siendo anónimo─, escribiera en lengua francesa cinco tomos o libros,
continuando la vida y aventuras del famoso personaje ficticio de don Quijote de
La Mancha, afirmando que nació y vivió aquí en La Roda, y dentro del asombro debería enorgullecernos.
Quien fuere el autor francés que eligió nuestra villa como la aldea natal del
ingenioso y famosísimo aventurero manchego, no sólo nos sorprende, también nos
congratula y honra, dando prestigio y solera a nuestro pueblo.
![]() |
Dibujo de Benjamín Palencia para la portada del libro de fiestas del año 1966 |
¿Y por qué no? Cualquier lugar de La Mancha
puede aspirar a querer adjudicarse el
honor de su nacimiento y estancia, puesto que don Miguel de Cervantes no lo dejó
explícito, al no quererse acordar.
Y nos llama mucho la atención que un autor
francés, desde luego culto, ilustrado y conocedor de España, eligiera nuestra
villa de La Roda como “Patria Chica” del Quijote, por las razones que tuviera o
encontrara, ¡Y debería enorgullecernos!
Esta obra francesa del siglo XVIII (“Continuación nueva y verdadera de la
historia y aventuras del incomparable Don Quijote de La Mancha”), sigue sin
traducirse al castellano, pero ha sido estudiada y comentada por el
cervantista, historiador y biógrafo don José María Asensio, entre otros. Su
desconocido autor decidió continuar con las aventuras de don Quijote, que según
él no llegó a morir, como se reflejaba en la lectura de la segunda parte del
Quijote de Cervantes, sino que sanó y siguió su existencia en La Roda, junto a
Sancho Panza, apacentando rebaños de ovejas y escribiendo poemas de amor a su
amada Dulcinea, hasta que decidió hacer una cuarta salida de La Roda ante la
llamada real de Felipe III, personándose en Madrid. Y siempre, después de sus
nuevas y locas aventuras volvería a su casa en La Roda. En el segundo tomo de
la obra, don Quijote se casa en La Roda con su amada Dulcinea, y en el quinto
tienen una hija de nombre María. En este último tomo, ante la nostalgia y
pesadumbre de no poder seguir saliendo a buscar aventuras, don Quijote muere en
La Roda.
Por ser nuestro pueblo el gran protagonista geográfico
y sentimental de don Quijote, desde donde comenzaba y finalizaba su vida y
aventuras en esta novela francesa, nos
deberíamos sentir muy honrados y satisfechos de que los lectores de ella en el
siglo XVIII y posteriores, pudieran conocer la existencia del lugar natal y residencial
del famoso don Alonso de Quijada: La Roda.
A nosotros, quienes aquí vivimos, aunque
asombrados, estamos contentos que así se escribiera y ocurriera todo; y está
claro que a las personas foráneas les gustó y gusta nuestra inquieta y honrada villa. Y, por supuesto, a todos nosotros, hijos y vecinos de antaño o
de ahora, también nos gusta, y la respetamos y queremos.
ADOLFO MARTÍNEZ GARCÍA