UNA SEMANA SANTA… ESPECIAL
De nuevo otra primavera, y otra vez conmemoramos la
“Pasión, Crucifixión, Muerte y Resurrección de Cristo”; pero este año es para los rodenses y vecinos en general una conmemoración muy especial por varias
razones significativas:
Es el primer año que vivimos las procesiones y actos litúrgicos bajo un prisma más exigente y comprometido al haber sido merecidamente “Declarada de Interés Turístico Regional”. Y precisamente en este año, cuando a la cofradía de Jesús Nazareno ―la más antigua y heredera de aquella del siglo XVI “de la Sangre de Cristo”― le corresponde la organización y coordinación de los actos.
Es el primer año que vivimos las procesiones y actos litúrgicos bajo un prisma más exigente y comprometido al haber sido merecidamente “Declarada de Interés Turístico Regional”. Y precisamente en este año, cuando a la cofradía de Jesús Nazareno ―la más antigua y heredera de aquella del siglo XVI “de la Sangre de Cristo”― le corresponde la organización y coordinación de los actos.
Porque, por
primera vez, muy acertadamente, se han
expuesto en la antigua ermita de San Sebastián todas las imágenes que participan en las
procesiones, creando escenas secuenciales que recuerdan la trágica y última semana vivida
por Jesucristo en Jerusalén.
Y porque, precisamente, la exposición está en el
mismo edificio que era la antigua sede de la ancestral cofradía de la Sangre de
Cristo, hoy de Jesús Nazareno, en donde hace más de cuatrocientos años se
custodiaban las imágenes que salían en
las procesiones. Es, como dice María José Martínez, la secretaria cofrade de la hermandad de Jesús
Nazareno, “…que de nuevo han vuelto a su primera casa, donde antes se
custodiaban”.
Este año es la
primera vez que se ha conseguido todo esto. Por eso digo que es ¡una Semana
Santa muy especial!
¡No dejen de
visitar esta maravillosa exposición! tanto
si son creyentes como si no lo son, pues es, para los primeros, desde el punto
de vista religioso y espiritual, un hermoso y reflexivo Vía Crucis
contemplativo que ayuda a imaginar los padecimientos del Redentor y ayuda en la
oración a los creyentes.
Y paralos segundos, mirándola sólo desde el punto de vistacultural y artístico, es una impresionante exposición de esculturacon tallas magníficas que pocas veces podremos volver a verasí, tan cercanas y expresivas, casia la altura denuestros ojos.
Y paralos segundos, mirándola sólo desde el punto de vistacultural y artístico, es una impresionante exposición de esculturacon tallas magníficas que pocas veces podremos volver a verasí, tan cercanas y expresivas, casia la altura denuestros ojos.
Recordemos
brevemente que al finalizar la guerra civil (1936-1939), no había imágenes con
las que seguir celebrando las tradicionales procesiones de Semana Santa, pues
habían sido destruidas y quemadas por las gentes ateas y sobre todo incultas, porque destruyeron totalmente el patrimonio iconográfico de la villa.
Y como esto mismo se había repetido en multitud de pueblos
y ciudades de la nación, ante tanta demanda de nuevas imágenes en unos años de
crisis, los talleres escultóricos de la provincia de Gerona, como eran los de la localidad de Olot, especializados en hacer imágenes en
pasta de madera, material más asequible
a la entonces deficiente economía de las cofradías y en general de la sociedad
española, surtieron rápidamente los pedidos que les solicitaban para poder seguir celebrando la tradicional Semana Santa en cualquier rincón de España.
También la Iglesia facilitó la difusión de estas imágenes, pues concedió un privilegio permitiendo que pudieran bendecirse ( ya que estaba reservado para las de madera o materiales nobles y preciosos) pudiendo así recibir culto en los templos.
También la Iglesia facilitó la difusión de estas imágenes, pues concedió un privilegio permitiendo que pudieran bendecirse ( ya que estaba reservado para las de madera o materiales nobles y preciosos) pudiendo así recibir culto en los templos.
Hay en la
exposición algunas imágenes de pasta de madera de aquella época de la posguerra,
que ya son históricas, pues sus primeros
escultores creadores ya murieron, como
Santiago Castellanos o Martín Casadewall, en “Jesús Nazareno”(1943) y “El Cristo
Yacente” (1942)”, respectivamente. Y de igual época y modalidad son
las de “San Juan Evangelista”, “Cristo Amarrado a la Columna” y “Cristo
Resucitado”.
Y otras, del mismo material y técnica, bien modeladas y
expresivas, son más recientes, como “El
Cristo de Medinaceli” o “Ecce Homo” (1958). Y las complementarias: “El Cirineo”(1961)
que acompaña a “Jesús Nazareno”; “El Sayón
y el Soldado romano” (1994) del “Cristo Amarrado a la Columna”; las cuatro imágenes
del grupo de “La Verónica”(1992 y 1994).
Y son
muy dignas de admirar las magníficas imágenes
talladas directamente por el artista sobre los bloques de madera. ¡Son
verdaderas joyas de importantes y famosos escultores contemporáneos! Las hay, desde los años de la década de los cuarenta, (¡Ah!, perdón, pues hay una talla
anterior, de 1786, del escultor valenciano José Esteve Bonet, restaurada, rehabilitada y reconvertida en “Las
negaciones de San Pedro” desde hace unos
dieciocho años, gracias al magnífico escultor valenciano Gabriel Cantalapiedra; ya que
este San Pedro, en sus orígenes fue una “ánima bendita del Purgatorio” que estaba
junto a otra más a los pies de la Virgen
del Carmen, todo obra del ya mencionado José Esteve).
Reiniciando la
enumeración de las tallas de la década
de 1940, podrá admirarse a la antigua
Verónica, hoy reconvertida en María Magdalena, obra posiblemente del escultor
alzireño Ernesto Casterá y Masiá; la
imagen de “La Soledad” es del año 1941 y se desconoce su autor.
Del importante
escultor valenciano Carmelo
Vicent Suria, son preciosas sus imágenes de “La Oración del Huerto”(del año 1955)
y del “Cristo del Perdón” (año 1955); del genial murciano Gregorio Molera Torá ,
contemplamos “La Dolorosa” (año 1955),
imitando a la famosa de Salcillo.
Ya en tiempos
más cercanos disfrutamos de las tallas
del escultor hellinero José Zamorano Martínez con su “Virgen de la Amargura” (de
1998) y “La Esperanza Macarena (de 1999). Del gran escultor sevillano Fernando
Cotro Sáenz vemos las tallas de “Jesús Cautivo” , del año 2004,
junto a la del “Guardia Judío del Sanedrín”, del año 2014.
Y del joven y famoso escultor sevillano,
Fernando Aguado Fernández, admiramos su impresionante “Jesús Coronado de Espinas”, del año 2012.
Las cruces
expuestas recordando el instrumento físico donde murió Jesús u otros momentos de la pasión, como las referentes al paso de “Las Siete Palabras”,
tienen un emotivo significado y transcendencia, pero no las integro entre las imágenes escultóricas.
¡Un auténtico lujo esta inolvidable exposición! Recuerden que estará abierta al público, desde los días 7 al 26 de marzo y, con creencias religiosas o sin ellas, simplemente por amor al arte y a la cultura, deben contemplarla. ¡No se la pierdan!
¡Un auténtico lujo esta inolvidable exposición! Recuerden que estará abierta al público, desde los días 7 al 26 de marzo y, con creencias religiosas o sin ellas, simplemente por amor al arte y a la cultura, deben contemplarla. ¡No se la pierdan!
ADOLFO MARTÍNEZ
GARCÍA
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