UN RECUERDO ENTRAÑABLE
Nosotros, también participábamos como una familia más, católica, en esta preciosa costumbre mariana de la “Ofrenda de flores” a la imagen de la Virgen de los Remedios. Desde bien pequeños, nuestros hijos nos acompañaban con sus ramos de flores, vestidos con los trajes tradicionales manchegos, y subíamos la cuesta hacia la iglesia, muy orgullosos y esperanzados, como cualquier otra familia de esta tierra, a llevar los hermosos y humildes ramos de flores oferentes a Nuestra Señora.
El recuerdo que me trae esta escena y fotografía tan carismática, solidaria y bonita, de aquella ofrenda hacia la Virgen María en la advocación de Los Remedios, lo volvimos a repetir juntos como familia muchísimas veces, conforme iban creciendo nuestros hijos, hasta que la vida dice cuando se cambian las circunstancias y se acaba tal escena familiar de antaño.
Ha pasado el tiempo, han transcurrido los años; los hijos se hicieron mayores, tienen su propia vida independiente, su nueva familia y, sobre todo…¡ Carmen no está! ¡Es imposible que esta escena familiar de la fotografía se pueda repetir, salvo en los sueños! Y, aunque ciertamente me da envidia sana ver ahora otras nuevas familias con los hijos pequeños y padres jovencísimos, como fue la mía en la fotografía… me fortalecen y dan resignación los bellos recuerdos, y son muchos, cuando año tras año desfilábamos los cinco cuesta arriba, con alegría, fe y esperanza, buscando la imagen de la Virgen rodeada de flores.
Adolfo Martínez García