lunes, 19 de diciembre de 2022
sábado, 1 de octubre de 2022
EN EL CENTENARIO DE LAS
“ESCUELAS DEL AVE MARÍA” DE LA RODA.
Escuelas del Ave María en La Roda, creadas por el sacerdote don José Collado en 1922.
Como viene anunciándose durante estos últimos días a través de diversos medios de comunicación, (yo lo he conocido en las publicaciones de “Exalumnas/os Salesianas D. Bosco de La Roda”, así como en alguna entrevista radiada ), van a celebrar el centenario de la llegada de María Auxiliadora al pueblo de La Roda y del inicio de las Escuelas del Ave María fundadas por el sacerdote D. José Collado Ballesteros.
En la documentación de la época, encuentro que el propio sacerdote nos dejó escrito: “…Sí, en medio del paseo que nos conduce a la Estación, María Auxiliadora ha hecho que desde el día diecisiete de septiembre de mil novecientos veintidós, La Roda católica tenga una obra de acción social católica…” “… María Auxiliadora ha querido que se levante un nuevo edificio, pobre y humilde en su construcción, pero más rico en fruto, porque obstenta con letras muy visibles esta inscripción: Iglesia y escuelas católicas gratuitas del Ave María...” “… Los maestros están formados según el ideal y orientaciones pedagógicas de nuestro Padre y Fundador don Andrés Manjón. Las Religiosas pertenecen a la benemérita Congregación de Salesianas del Sagrado Corazón de Jesús…”
Nos cuenta que había
dos maestros para los niños y cinco religiosas para las niñas. En total
existían tres secciones o clases. Desde el día 11 de enero de 1926 empezó a funcionar
el comedor escolar con doce niños pobres. También contaban con una biblioteca
“avemariana”, clases nocturnas para adultos, e incluso proyectaban algunas veces películas
de cine.
Llamó la atención y
admiración de todos que un sacerdote joven y casi recién llegado a La Roda
(1920), decidiera construir un edificio destinado a capilla presidida por la
Virgen en la advocación de María Auxiliadora, y a escuelas manjonianas
gratuitas, del Ave María, gastando en el empeño el dinero de su propio
patrimonio. En ese sentido de admiración y sorpresa encontramos estas palabras de un foráneo hacia el pueblo de La Roda: “…No dejéis de
tributar vuestra admiración y vuestro aplauso al modesto sacerdote que gastó su
patrimonio y gasta sus energías juveniles en esa obra de educación y cultura…
Estaba solo y consiguió una comunidad de Religiosas Salesianas para niñas y de
maestros manjorianos para niños…”
Ocurrió, que sin ser
un cura salesiano de don Bosco, sino pertenecer a la institución y pensamiento
pedagógico del sacerdote don Andrés
Manjón, jurista, pedagogo, catedrático de universidad… fundador de las Escuelas
del Ave María,( que ya en 1918 estaban extendidas en 36 provincias españolas y
llegaron a existir más de 400 escuelas por todo el mundo), su devoción a la
Virgen en la advocación de María Auxiliadora y sus métodos de enseñanza y ayuda a los niños y niñas más pobres,
semejantes a los empleados por los
educadores salesianos de don Bosco, podría confundir a alguno/a de sus seguidores
y admiradores.
Cuando crea en La
Roda, en 1922, las conocidas Escuelas del Ave María, las escuelas públicas y
gratuitas de la localidad estaban ubicadas en los viejísimos e insalubres locales
del antiguo convento de monjas trinitarias. Allí estaban dichas escuelas, tanto
de niños como de niñas, desde el año 1858 en el que por Real Orden de 24 de abril
de ese año, el Estado cedía al Ayuntamiento el antiguo convento para que se
establecieran en él las escuelas de Instrucción Primaria. Hubo una graduada de
niños, la n 1; y una graduada de niñas, la nª 2.También existía allí una
escuela unitaria de don Julián Lara, más la vivienda del maestro. Y en otras
dependencias estaban los párvulos de doña Remedios López y los de doña María
Onsurbe. (Algunos nombres de maestros y maestras de entonces han trascendido
hasta nosotros, como: los mencionados anteriormente, y doña Carmen Morejón, doña Patrocinio López
Romero, doña Ascensión Rodríguez, don Severino Martínez, don Maximiliano
García, don Arturo Silva Castro…)
También en el viejo convento se aprovechó el
local de la antigua iglesia y se usó como teatro: el Teatro Liceo. Pero, además
de las escuelas oficiales allí establecidas,
existían otras unitarias por distintos lugares de la localidad, como hubo
en la calle Quevedo con la maestra doña Concepción González o en la travesía de
la calle Cervantes regentada por doña Antonia Sarrión, etc.; y algunas otras atendidas por
educadores/as sin la titulación necesaria. Pero el gran problema de las
escuelas existentes era que los locales no reunían las condiciones suficientes de
luz, higiene, espacio, etc. para dar
clase a los niños y niñas. Por lo que vendría muy bien la creación de aquellas nuevas
Escuelas del Ave María, ya pensadas y diseñadas para tal fin educador.
Después de la guerra
civil, las salesianas de María Auxiliadora llegaron a La Roda el 12 de octubre
de 1943 y se establecieron en las mencionadas Escuelas del Ave María, que
posteriormente fueron reformadas y rehabilitadas en la creación y ampliación
del Colegio de María Auxiliadora. Como también volvieron a ser utilizadas las
estancias del viejo convento trinitario para escuelas nacionales, hasta que en 1942 fue derruido y en su solar
histórico se levantó con tapiales de tierra el colegio nacional José Antonio,
hoy llamado Purificación Escribano.
Siempre ha existido una
gran curiosidad detrás de cada uno de estos edificios dedicados a la enseñanza,
pues tienen una interesante historia. Y hoy me he entretenido recordando parte
de las mismas.
ADOLFO
MARTÍNEZ GARCÍA
viernes, 6 de mayo de 2022
DÍAS VIVIENDO ENTRETENIDO
Carmen, no volverá jamás y yo me quedé estancado en el pasado; aunque la compañía y estancia temporal de mis hijos y nietos en casa, me alegran y endulzan las horas.
Mientras va transcurriendo el tiempo, procuro no estar ocioso y, además de vivir entretenido repasando los bonitos recuerdos de mi mujer, también, poco a poco, voy practicando alguna de mis aficiones artísticas que tenía abandonadas.
Desde finales del mes de enero, he estado restaurando una preciosa imagen de María Auxiliadora, llegada a nuestra cofradía de Semana Santa, "Jesús Nazareno", desde tierras gallegas, gracias a la dedicación de María José Martínez Lozano, nuestra hermana mayor en dicha cofradía.
La imagen, por diversos motivos, sin estar tapada por alguna sábana o unos simples plásticos, parecía haber sufrido las inclemencias de trabajos de albañiles o pintores, en obras muy cercanas a ella: sufriendo roces, desconchados, alguna rotura, incontables salpicaduras de pintura blanca, presencia de viejo polvo incrustado profundamente en sus barrocos ropajes...
Como podría decirse:¡Estaba hecha una pena! Y recomendé llevarla a un taller profesional de restauración en obras artísticas; pero dadas las fechas cercanas a la Semana Santa con los numerosos compromisos que ya tenían los restauradores, se me convenció para que intentara arreglarla y pudiera ser presentada al público rodense en una fecha determinada. Aunque hacía bastantes años que ya no trabajaba en escultura (unos 9 años) y, últimamente, desde que murió Carmen, había abandonado cualquier posible idea de realizar trabajos artísticos, estando casi constantemente escribiendo en el ordenador. Pero, ya involucrado, poco a poco, fui restaurando la imagen de María Auxiliadora lo mejor posible, librándola de "los graves problemas estéticos que la invadían.
La escultura es muy grande y muy bonita; creada en las "Escuelas Profesionales Salesianas" de Sarriá (Barcelona), como consta escrito en un disimulado rótulo de su peana. Tal vez, la imagen fue diseñada por quien, durante muchos años, dirigió la sección de escultura en aquellas escuelas: el escultor salesiano Gaspar Mestre Beltrán, y fuera creada en los primeros años de la posguerra civil española, cuando no había imágenes en las localidades porque habían sido destruidas y quemadas durante aquellos trágicos años de luchas fratricidas, y ante tantas peticiones de nuevas imágenes a los talleres escultóricos, tuvieron éstos que hacer innumerables vaciados en escayola y pasta de madera de las Vírgenes y Santos más solicitados.
Por su gran deterioro, había que volver a pintar el manto azul de la Virgen, aunque suponía un paciente trabajo con fino pincel entre las filigranas del estofado de pan de oro, a respetar. Para ello me documenté del azul que debería llevar el manto de la imagen, y elegí el azul que lleva el primer cuadro pintado por el italiano Tomás Andrés Lorenzone, amigo de don Bosco, y creado en 1865 bajo sus indicaciones y deseos. Dicho cuadro mide siete metros de alto y está en la basílica de María Auxiliadora, en la localidad de Turín (Italia). (Finalmente, el elegido nuevo azul para la imagen, es intenso y luminoso, haciendo resaltar mucho más los estofados del pan de oro).
Casi todos los días, solía trabajar en la imagen durante varias horas a mi antojo, en las mañanas, tardes o noches, salvo unos tres o cuatro días, porque por entonces, me sentí inseguro al andar o estar de pié, como si estuviera algo mareado, y el médico me recomendó ese descanso en el trabajo. Las extrañas posturas que, a veces, debía ir adoptando para pintar,(de pie, sentado o tumbado en el suelo), algo retorcidas, especialmente en las partes bajas de la imagen, empezaban a afectar algo a mis cervicales; pero se solucionó con esas mini-vacaciones ya mencionadas y aplicándome calor en el cuello.
Pero, salvo el descanso total de esos pocos días, antes de marcharme a la cama a dormir, solía irme a la antigua habitación de mis hijas, que me servía temporalmente de estudio escultórico, tras haber desarmado una de sus camas para ganar espacio y poder restaurar allí a la mencionada imagen de la Virgen. Y, desde un principio, esporádicamente, estuve trabajando en la escultura religiosa: (enmasillando y lijando algunas faltas de yeso, como en el cabello de la Virgen; haciendo desaparecer los muchísimos gotazos de pintura blanca en el manto, túnica, pedestal y en el pan de oro, corrigiendo sus roturas y algunas de sus ausencias doradas; repintando con sus correspondientes colores las diversas partes que necesitaban ser reparadas, como en una pequeña superficie de la túnica del Niño Jesús, y totalmente en el manto de la Virgen, entre las respetadas filigranas en "pan de oro" del estofado, etc. etc. Así, poco a poco, como solía decir mi mujer, fui avanzando hasta que, algunos días, hasta me dieron las tres o las cuatro horas de la madrugada, y entonces dejaba el trabajo artístico para irme a dormir.
Pero, francamente, creo que lo más importante y bonito de este evento mariano, es saber que, desde el pasado día 1 de mayo en que fue entronizada esta imagen salesiana de María Auxiliadora, podremos subir a visitarla en su nueva y digna morada, como es nuestro monumental templo parroquial El Salvador. Y así, ante Ella, poderle rezar con fe y devoción.
ADOLFO MARTÍNEZ GARCÍA
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