POR FIN LA PELÍCULA DE LA RODA
El autor de este artículo en una rueda de prensa en la Casa Consistorial.
Debido
al descubrimiento de la película "La Mancha y el Azafrán" que se había rodado en nuestra villa en el año 1933 y con motivo de su presentación oficial en La Roda,
en la Casa de la Cultura, el día 21 de septiembre de 2013, se vivieron inolvidables jornadas relacionadas con la
especia más cara e importante del mundo, visitando nuestra villa muchas personalidades relacionadas con el estudio y difusión de esta substancia o con la
custodia y catalogación de dicha
película, las cuales se fueron encantadas de la afluencia masiva de
público en los actos programados,
especialmente en el de las 19 horas, con la proyección del histórico documental.
Personalmente estoy muy satisfecho de haber
podido servir a mi pueblo rescatando el celuloide e investigando su historia y contenidos, consiguiendo finalmente que sus escenas sean
de dominio público para poderlas disfrutar todos los vecinos como otro bien
común y cultural del pueblo, ya que, no sólo disfrutaron el cortometraje aquellos asistentes a su presentación,
sino que también podrán admirarlo y poseerlo muchísimas familias rodenses a
través de la televisión local que volverá a retransmitir el acto en diferido, así como la película copiada directamente "del original" que poseo.
(En este fotograma de la película vemos al guitarrista local Andrés Tébar Gabaldón, "Quimeras", con 43 años de edad, junto a Josefa, Pilar y Francisca Celaya Grande).
Tras consultar con el Jefe de Estudios y Publicaciones del Ministerio, Juan Manuel García Bartolomé, consentí en dejar mi copia, que tanto tiempo había estado buscando, para que las imágenes del mítico cortometraje pudieran ser emitidas correctamente a todo el pueblo de
La Roda a través de la conocida empresa local de televisión. Creo que era lo correcto y más rápido para
que todos la pudieran ver, poseer y disfrutar, pues, es parte de nuestro Patrimonio Cultural y
por lo tanto nos pertenece a todos los rodenses sin excepción.
En la presentación de la película estoy junto a la Concejal de Cultura, Lucía del Olmo; el Presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen "Azafrán de la Mancha", Antonio García; y el Jefe de Área División de Estudios y Publicaciones del Ministerio de Agricultura (MAGRAMA), Juan Manuel García Bartolomé.
Recuerdo orgulloso haber sido uno de los
ponentes del acto cultural de su
presentación, pues se cumplían mis deseos, manifestados en
algunos escritos publicados anteriormente, de que el pueblo viera y poseyera la película de sus padres y
abuelos como parte importante que es de nuestras ancestrales costumbres.
Guardaba celoso curiosos detalles de su
historia que fui revelando durante mi lectura, pero hubo uno muy emotivo y entrañable para
todos cuando descubrí y mencioné al único testigo y protagonista vivo que había encontrado de aquella
filmación.
Personaje que entonces, en 1933, era un niño de nueve años de edad y hoy estaba cercano a cumplir los 89, el cual me había revelado importantes recuerdos de algunas escenas que presenció ochenta años atrás. Un inmenso aplauso sonó en el repleto auditorio hacia el nombre revelado y bien guardado de aquella persona: hacia mi primo y buen amigo Vicente Moratalla López, que se puso en pie y saludó emotivamente a sus paisanos con gestos de cariño y agradecimiento.
Personaje que entonces, en 1933, era un niño de nueve años de edad y hoy estaba cercano a cumplir los 89, el cual me había revelado importantes recuerdos de algunas escenas que presenció ochenta años atrás. Un inmenso aplauso sonó en el repleto auditorio hacia el nombre revelado y bien guardado de aquella persona: hacia mi primo y buen amigo Vicente Moratalla López, que se puso en pie y saludó emotivamente a sus paisanos con gestos de cariño y agradecimiento.
(Vicente Moratalla López en el año 1985)
Año 1933.Vicente Moratalla López, niño de 9 años, "mondando rosa"(en el fotograma de arriba); y viendo bailar a Francisca Celaya Grande ( en el fotograma de abajo).
Al final de mi lectura hubo más aplausos y en el calor humano que me transmitían sentí el agradecimiento de los presentes por el modesto trabajo realizado en esta vieja historia, experimentando un hermoso sentimiento
indescriptible, y reconociendo al mismo tiempo que había merecido la pena dedicar tantísimas horas de mi vida a la investigación de esta película.

Fotografía final del acto, posando junto a Vicente Moratalla y muchas otras personas que habíamos intervenido esa tarde.
La película encontrada es muda, pero me consta por diversas pistas e informaciones que debió tener su correspondiente sonido, hoy perdido en la copia encontrada. Por lo que aquí no ha terminado esta historia. ¡Seguro que existirá ese perdido sonido en algún recóndito archivo de este hermoso planeta!
ADOLFO MARTÍNEZ GARCÍA