RECORDANDO A PILI CANO Y A PURI ESCRIBANO
(por
Adolfo Martínez García)
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El pasado viernes 8 de marzo de 2019 se celebró el Día Internacional de la Mujer, buscando concienciar más a la sociedad sobre la igualdad de derechos de las mujeres con respecto a los hombres; y se viene celebrando este día desde que la alemana Clara Zetkin, una de las primeras trabajadoras convencida en conseguir la igualdad de género, lo propuso en el año 1910 en una Conferencia Internacional de Mujeres de 17 países diferentes que se celebró en Copenhague.
El pasado viernes 8 de marzo de 2019 se celebró el Día Internacional de la Mujer, buscando concienciar más a la sociedad sobre la igualdad de derechos de las mujeres con respecto a los hombres; y se viene celebrando este día desde que la alemana Clara Zetkin, una de las primeras trabajadoras convencida en conseguir la igualdad de género, lo propuso en el año 1910 en una Conferencia Internacional de Mujeres de 17 países diferentes que se celebró en Copenhague.
A través de la historia de los pueblos han
existido peculiares mujeres que se han
destacado imperiosamente en esa lucha contra la desigualdad. Y en este día de
especial celebración, quiero tener
presentes por diferentes motivos, a dos paisanas amigas, entrañables y carismáticas mujeres rodeñas, ya desaparecidas:
A Pili Cano, porque, precisamente, este mismo viernes Día Internacional de la
Mujer asistíamos en la iglesia de El
Cristo a “la misa de mes” de su fallecimiento. Misa celebrada en la plena semana de los Carnavales que tanto disfrutó Pili Cano en los desfiles. Por doble motivo la recordábamos plenamente.
Me parecía estar viéndola en los
imborrables recuerdos de esta mítica fiesta, participando como cada año con sus graciosos
movimientos y bailes, encabezando los desfiles “por libre”, sin comparsa y a su
estilo, sin complejos, con alegría, causando la admiración y envidia de la
gente, pues pocos se atrevían a mostrarse así, en solitario y sin careta. Por ello en
esta popular y grotesca fiesta no podemos olvidar a tan simpática mujer, con aquel buen humor,
valentía y ganas de sana diversión.
Ya era muy popular, como hija mayor de la inolvidable
maestra de párvulos doña Margarita, pero se
hizo mucho más famosa con aquellos primeros desfiles de nuestro renacido Carnaval, contribuyendo a consolidarlos con su esperada presencia, demostrando a todo el pueblo que
no era imprescindible arroparse entre otras personas disfrazadas para
divertirse en Carnaval. Ella fue el mejor ejemplo de “máscara” sin antifaz.
Desde el periódico Plaza Mayor, en el año
1997, nuestro director Antonio Delgado le dedicó las hermosas palabras que a
continuación escaneo, junto a la ilustración del ceramista Juan Cebrián, y con
ellas volvemos a guardar en el corazón el
grato recuerdo de Pili Cano:
Y, otro bello recuerdo para este día especial
de la mujer, está protagonizado por una maravillosa y culta persona que formó
parte del grupo de jóvenes amigas y amigos que me ayudaron a crear la carroza para la reina de las fiestas, Mari Luz
Aguirre, en el año 1973; prima hermana de nuestro inolvidable amigo Agustín
Merlos, quien me involucró en aquel proyecto de esculturas y fantasías durante
todo un verano.
La gran mujer de la que escribo es, Puri Escribano López, fallecida en el año 2011 tras una cruel
enfermedad; pero que la recordaremos siempre en las vacaciones de aquel verano inolvidable
disfrutando entre el grupo entusiasta de improvisados artistas carroceros,
amigos de Agustín. Aquella joven mujer era ya muy famosa y admirada en la localidad, pues cariñosamente
todos la conocían como “Puri Matrículas”, por sus altísimas notas en todos los estudios
que realizaba. Su simpatía y cordialidad se entremezclaban con la sencillez de
su trato, y aunque todos sabíamos de su
inteligencia y valía, ella jamás se dio importancia por su inigualable trayectoria
hacia las cumbres más altas que iba consiguiendo en sus estudios.
En este
especial viernes, Puri ha sido protagonista indiscutible en los recuerdos de
muchísimas personas que la conocieron u oyeron hablar de ella, pues con el paso del tiempo su nombre había
traspasado las fronteras locales donde nació, extendiéndose su prestigio y
sabiduría no sólo en la región de Valencia, donde alcanzó el máximo nivel en
sus títulos universitarios, sino que
también consiguió fama internacional. Las revistas científicas levantinas
y su entorno universitario la han recordado entrañablemente en esta fecha,
homenajeándola una vez más a título póstumo:
Así, el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe
de Valencia inauguró, el jueves siete de marzo del presente año, una exposición
dedicada a las mujeres científicas que han contribuido en el desarrollo de la
química; y entre ellas estaba nuestra paisana Puri Escribano López, Doctora en
Ciencias Químicas por la Universidad de Valencia, que fue directora del Colegio
Universitario de Castellón entre los años 1987 y 1989, participando
definitivamente en la creación de la Universidad Jaime I de Castellón en 1991,
donde fue vicerrectora de Investigación y catedrática de Química Inorgánica. Ella
protagonizaba en la mencionada exposición uno de los 24 paneles con el dibujo de su
rostro, más un resumen de sus aportaciones a la Ciencia, escrito en tres
idiomas, castellano, valenciano e inglés.
Nuestra doctora publicó más de cien artículos
científicos en revistas especializadas nacionales e internacionales, participando
en más de cincuenta proyectos de investigación, y fue coordinadora del Área de
Ciencia de los Materiales de la Agencia Nacional de Evaluación de Proyectos.
También se destacó ampliamente por su
defensa en los derechos de la mujer y la igualdad, siendo una de las fundadoras
del Seminario de Investigación Feminista o Instituto Universitario de Estudios
Feministas y de Género. .
Las palabras finales con las que nos
despedimos en este artículo de su hermoso recuerdo, fueron elegidas y pronunciadas por ella misma al final de su lección
inaugural en la apertura del curso 2011-2012 de la Universidad Jaime I, unos
dos meses antes de su fallecimiento, cuando tenía 59 años de edad, y pertenecían
a la científica italiana Rita
Levi-Montalcini, en las que Puri parece que quiso identificarse íntimamente:
“Nunca he pensado en mí misma. Vivir o morir es
la misma cosa. Porque naturalmente la vida no está en este pequeño cuerpo. Lo
importante es la forma en que hemos vivido y el mensaje que dejamos. Eso es lo
que nos sobrevive. Eso es la inmortalidad”.
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