UN
DÍA COMO HOY, NACIÓ CARMEN, MI ESPOSA.
Hace un momento que nos
ha llamado a casa, por teléfono, Gil Zorrilla, “el primo de Valencia e hijo del
tío Juan José”, como aclararía Carmen. Èl siempre felicitó a su prima en este
importante día conmemorativo de su nacimiento, y hoy no podía dejar de
recordarla.
Apenas he podido pronunciar algunas palabras
por el teléfono. La emoción perdura demasiado intensa en los recuerdos y me quiebra
la voz, nubla la vista con lágrimas, arrastrándome todavía al desconsuelo más
despiadado. ¡No puedo dominar mi nostalgia y dolor, y mis recuerdos fluyen a
borbotones junto a la mujer de la que estuve y estoy eternamente enamorado.
Cuando he recibido la grata llamada de Gil,
todavía mi mente y mis dedos seguían deslizándose sobre el teclado del
ordenador escribiendo de Carmen desde las siete y media de la mañana. Siempre
inmerso en los recuerdos de nuestra vida en común, intento reflejar su bonita historia y
virtudes en un libro homenaje a su
memoria. ¡Ni un momento la aparto de mi mente!
Ella siempre celebró este día de hoy, su
cumpleaños, con inmensa alegría, ilusión y solemnidad; y todos nosotros, su
familia, le dimos la importancia que
tiene la conmemoración del nacimiento de una mujer llena de dones y simpatía, madre
de tres hijos y abuela de otros tres nietos.
Esa ilusión que siempre sintió en este día, “en
su día”, me gustaría volver a recordar ahora, otra vez, buscándola incesantemente en el cielo azul de
nuestras creencias, cuando faltan todavía cinco días para que se cumplan los cuatro meses de su llorada muerte.
Por lo tanto, Carmen, no dejamos de pensar
en ti, y hoy queremos elevar nuestro recuerdo hasta donde esté tu buena y noble alma descansando
en la Paz y Amor infinitos… ¡Hasta allá,
donde estén guardados tus hermosos sentimientos y experiencias espirituales e
indestructibles elevamos nuestros pensamientos ! Y queremos darte, una vez más,
nuestro cariño en el día memorable de tu hermoso nacimiento, adornado cada año con
una vida ejemplar de buena hija,
hermana, esposa, madre y abuela tan querida e inolvidable: ¡Felicidades Carmen,
aunque lo digamos con los ojos llenos de lágrimas!
ADOLFO MARTÍNEZ GARCÍA
Buenas tardes Adolfo, no soy de escribir en redes sociales..... Pero cada escrito que he leído me ha calado hondo....son unas palabras tan bonitas, tan vividas, tan llenas de amor..... Y al cerrar los ojos, veo a tu entrañable profesor, que tanto añoro. Por ello, comparto contigo su elegía a su esposa que tantas veces he leído, espero que entre lágrimas podamos sonreír al recordarlos.
ResponderEliminarDios se la quiso llevar
Al Alto cielo.
Ya nadie podrá calmar
Mi desconsuelo
Me dan ganas de gritar
Y no lo acierto.
Quiero poderla olvidar
Y no la olvido.
Adormecer mi corazón
Triste y sufrido.
! Pobre de mi corazón
De amor desierto!
Me dan ganas de llorar.
Siento gozo en el penar
Por fuera y dentro.
Golondrina que al volar
Tu negro vuelo
Goza en tu pecho llevar
Mi acervo duelo.
Si me ves solo pasar
Al cementerio
Acompañame a rezar.
Lleva. En tu lindo cantar
Mi amargo rezo.
Con un inmenso cariño.
Marina López Merlos