MAGNÍFICA
GRAN GALA LÍRICA
Ayer, sábado, día 4 de
enero, tuvimos la dicha y privilegio de asistir a la Gran Gala Lírica
protagonizada por nuestro querido tenor albacetense, Gabriel Blanco, con la Joven Orquesta de Albacete dirigida por el
rodense Juan Villodre, y con el coro del Orfeón de la Mancha, a las 19 horas en el auditorio de la Casa de la
Cultura, dentro de las actividades culturales programadas por nuestro Excmo.
Ayuntamiento.
El pueblo de La Roda demostró, una vez más,
con su masiva asistencia y sus fuertes aplausos y vítores, su pasión por la música, por las buenas voces
y magistrales interpretaciones instrumentísticas. Acompañado por mi hija Fuen,
disfrutamos de la preciosa Gala Lírica,
con una primera parte dedicada a la ópera, deleitándonos escuchando a
Gabriel en varias de las arias famosas que nos brindó con su potente, dulce y
modulada voz de buen tenor, finalizando esta parte operística con la conocida y
famosa aria “Nessun Dorma” ( Que nadie duerma), de la ópera Turendot, del compositor
italiano Giacomo Puccini, disfrutando y admirando la técnica y arte de Gabriel,
emocionándonos con sus impecables agudos, recibiendo un enorme y efusivo
aplauso con bravos del público.
La segunda parte, se dedicó a famosas
romanzas de zarzuelas muy conocidas, comenzando la primera con “¡No puede ser!
Esa mujer es buena”, de la zarzuela “La Tabernera del Puerto”, del compositor
Pablo Sorozábal, cantándola magistralmente con sentimiento y técnica depurada.
Y claro, en una localidad de La Mancha, como es La Roda, no podía faltar “La
Canción del Sembrador”, de la zarzuela “La Rosa del Azafrán”, del toledano
Jacinto Guerrero, que arrancó los aplausos entusiasmados de los asistentes. (A
pesar de estar escrita para barítonos y hacerla famosa barítonos como Emilio
Sagi Barba, su hijo Luis Sagi Vela, o Marcos Redondo, también la cantaron
varias veces tenores afamados, como Plácido Domingo o Alfredo Krauss; e
igualmente lo ha hecho con técnica e ilusión nuestro Gabriel Blanco, manchego,
albaceteño y rodense.
El público entusiasmado le hizo repetir la
romanza del sembrador y nos regaló también la canción de “Granada”, del
compositor mejicano Agustín Lara, donde finalmente sus agudos pusieron a la
gente de pie.
La joven orquesta sonaba “como los ángeles” y
el público ha quedado muy feliz y complacido, admirando en varios momentos la
destreza de su joven flautista que el director señaló especialmente. También el
coro del orfeón gustó mucho en todas sus interpretaciones, especialmente en el “Coro
de los Esclavos” de la ópera Nabuco, de Verdi.
Fue una tarde fina, maravillosa y plena de
orgullo, especialmente por ser amigos y paisanos de hombres tan brillantes como
el buen director Juan Villodre y el gran tenor Gabriel Blanco.
Adolfo Martínez García.
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