HACE
UNOS 61 AÑOS
En la década de los 60,
allá por 1964, compré un magnetófon de marca Ingra. Era para cintas grandes de
larga duración, como las que tenían las emisoras de radio; y con él grababa las
voces de la familia y amigos, así como la música del momento. Sabía que podían
ser importantes recuerdos para cuando
pasaran muchos años.
Y una tarde de aquellas, sería sábado, hace
61 años, espontáneamente, se les ocurrió a Juan Merlos, Manolo Moreno, Ángel
Sotoca y Paco Huedo, juntarse en un aula de la Academia Cervantes para divertirse y entretenerse en lo que más les
gustaba, como era cantar y tocar con las guitarras canciones del momento. Al
grupo me uní con la intención de grabarlos con mi novedoso aparato. (Las fotos
que he podido conseguir para ilustrar el artículo no son todas de la misma
época, pues algunas son de aquellos años, y otras son más recientes).
Juan
Merlos acompañaba rítmicamente las melodías con acordes en una guitarra
española; Manuel Moreno “punteaba” las canciones en otra guitarra española;
Ángel Sotoca golpeaba con las manos el
tablero de la larga mesa a cuyo alrededor estábamos sentados, como si de una
batería se tratara; Paco Huedo y los tres anteriores componentes del grupo,
cantaban; todos cantábamos.
Fue una tarde deliciosa, musicalmente
hablando, pues los cuatro improvisados músicos eran de lo mejor que teníamos en
La Roda. Por entonces no se había
constituido públicamente ningún conjunto local, aunque se rumoreaba que unos
conocidos chicos querían ser un conjunto moderno y ya ensayaban canciones en un
impensable habitáculo, pues era una funeraria; pero, todavía no tenían
comprados sus instrumentos electrónicos ( guitarras eléctricas, bajo, batería,
micrófonos…) y por lo tanto tampoco habían debutado en público, (ellos serían
después “Los Gardos”). Por lo que
aquella reunión musical en la Academia Cervantes tuvo su importancia, ya que,
sin ánimo de formar un grupo o conjunto de música moderna, sólo con la
intención de pasar una tarde de sábado, cantando y tocando las guitarras,
fueron realmente el embrión y primer conjunto moderno de jóvenes, aunque
desconocido y efímero, grabando algunas melodías que les entusiasmaban. Pronto
se constituirían “Los Gardos”, “Los Makukos” o “Gatos Rojos”, y tantos otros
conjuntos rodenses jóvenes de los que disfrutamos.
La grabación quedó en una larga cinta que
tuve la intención de dedicar exclusivamente a los conjuntos rodenses; pero
dicha cinta al igual que el magnetófono, sufrieron diversos imprevistos, borrados
y accidentes, sobre todo el magnetófono que, además de quedar obsoleto y
desfasado por los modernos “cassettes”, se me estropeó gravemente con el tiempo
y no tuvo reparación posible por no
existir ya las piezas a reponer, ni la fábrica que los creó.
Este año, 2025, los Reyes Magos, que son muy
magos, me han dejado un aparato grabador igual que el averiado; es de segunda
mano, pero medio funcionaba bien, y mi hijo Adol ha logrado mañosamente ponerlo
a punto. Gracias a él, hemos rescatado fragmentos de algunas canciones de
aquella memorable tarde, que podrán escuchar en este artículo, como la humorística "El burro de la tía Vinagre"; después: “Guitarra
tango” y “Flamenco” que hicieron famosas “The Shandows” más “Los Pekenikes”, y
“Los “Brincos”, respectivamente.
De todas maneras la grabación en la cinta
magnética, después de tantos años, contaminada con polvo, esporas, etc., y… con tomas no profesionales, “caseras” y
espontáneas, sin ensayos previos, no tienen la calidad que quisiéramos, y son puramente
testimoniales; pero a pesar de todo se refleja el buen “punteo” o
interpretación de las melodías por Manolo Moreno; el magistral acompañamiento
rítmico del genial Juan Merlos; los
acertados y oportunos golpeos en la mesa del futuro batería de “Los Gardos”:
Ángel Sotoca; y también las voces agrupadas de todos los componentes, junto a la de Paco Huedo,
futuro vocalista de “Los Gardos”. Repito que es una audición testimonial de la
época joven de estos rodenses que bien
conocemos todos, lamentando desde hace
ya muchos años el fallecimiento de nuestro amigo Paco Huedo, por lo que estas
audiciones, casi milagrosamente rescatadas, tienen para nosotros mucha más
importancia.
ADOLFO MARTÍNEZ GARCÍA
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