domingo, 5 de enero de 2025

 

MAGNÍFICA GRAN GALA LÍRICA

Ayer, sábado, día 4 de enero, tuvimos la dicha y privilegio de asistir a la Gran Gala Lírica protagonizada por nuestro querido tenor albacetense, Gabriel Blanco, con  la Joven Orquesta de Albacete dirigida por el rodense Juan Villodre, y con el coro del Orfeón de la Mancha, a las 19  horas en el auditorio de la Casa de la Cultura, dentro de las actividades culturales programadas por nuestro Excmo. Ayuntamiento.

   El pueblo de La Roda demostró, una vez más, con su masiva asistencia y sus fuertes aplausos y vítores,  su pasión por la música, por las buenas voces y magistrales interpretaciones instrumentísticas. Acompañado por mi hija Fuen, disfrutamos de la preciosa Gala Lírica,  con una primera parte dedicada a la ópera, deleitándonos escuchando a Gabriel en varias de las arias famosas que nos brindó con su potente, dulce y modulada voz de buen tenor, finalizando esta parte operística con la conocida y famosa aria “Nessun Dorma” ( Que nadie duerma), de la ópera Turendot, del compositor italiano Giacomo Puccini, disfrutando y admirando la técnica y arte de Gabriel, emocionándonos con sus impecables agudos, recibiendo un enorme y efusivo aplauso con bravos del público.

   La segunda parte, se dedicó a famosas romanzas de zarzuelas muy conocidas, comenzando la primera con “¡No puede ser! Esa mujer es buena”, de la zarzuela “La Tabernera del Puerto”, del compositor Pablo Sorozábal, cantándola magistralmente con sentimiento y técnica depurada. Y claro, en una localidad de La Mancha, como es La Roda, no podía faltar “La Canción del Sembrador”, de la zarzuela “La Rosa del Azafrán”, del toledano Jacinto Guerrero, que arrancó los aplausos entusiasmados de los asistentes. (A pesar de estar escrita para barítonos y hacerla famosa barítonos como Emilio Sagi Barba, su hijo Luis Sagi Vela, o Marcos Redondo, también la cantaron varias veces tenores afamados, como Plácido Domingo o Alfredo Krauss; e igualmente lo ha hecho con técnica e ilusión nuestro Gabriel Blanco, manchego, albaceteño y rodense.

   El público entusiasmado le hizo repetir la romanza del sembrador y nos regaló también la canción de “Granada”, del compositor mejicano Agustín Lara, donde finalmente sus agudos pusieron a la gente de pie.

  La joven orquesta sonaba “como los ángeles” y el público ha quedado muy feliz y complacido, admirando en varios momentos la destreza de su joven flautista que el director señaló especialmente. También el coro del orfeón gustó mucho en todas sus interpretaciones, especialmente en el “Coro de los Esclavos” de la ópera Nabuco, de Verdi.

   Fue una tarde fina, maravillosa y plena de orgullo, especialmente por ser amigos y paisanos de hombres tan brillantes como el buen director Juan Villodre y el gran tenor Gabriel Blanco.

Adolfo Martínez García.


viernes, 3 de enero de 2025

 

                       CONFIDENCIAS DE MADRUGADA

A estas altas horas de la madrugada, el silencio apacible de nuestra casa sólo es rítmicamente rasgado por los vaivenes del viejo péndulo del reloj colgado en la pared del segundo portal. Con este bohemio rumor ambiental y algunas campanadas que, de vez en cuando, en sus horas, van marcando el lento paso de la noche, me he puesto a escribir algo, sin saber muy bien qué, pero debiendo hacerlo porque así lo siento ahora mismo.

   Debía estar durmiendo, pero un anhelo interior, un fuerte deseo, me ha incitado a transmitir algo de lo que pensaba y estoy pensando en la soledad de la madrugada. Algo que plasmar con las teclas de la ya clásica y nueva máquina de escribir, la mágica creadora de palabras: es decir, mi viejo ordenador.

  Me venían a mi memoria los recientes momentos familiares de estos días navideños, donde, a pesar de todo, seguimos cumpliendo  la ancestral tradición de celebrar esta bonita fiesta religiosa con la familia, superando y vencido todas las posibles perezas, penas acumuladas y desganas de diversión que pudiera sentir nuestro corazón; puesto que por estos días, recordamos más aún  a quienes nos faltan y jamás volverán.

   Pero, ¿Quiénes seríamos capaces de negar a nuestros hijos y especialmente a nuestros revoltosos y preciosos nietos, la dicha de sentir el mensaje de la Navidad, la ilusión de los regalos de Papá Noel o de los Reyes Magos, las buenas voluntades de sus mayores en las clásicas cenas familiares, y los brindis por un Feliz Año Nuevo?

   Y nos reunimos todos como familia en casa de unos u otros abuelos para sentir más íntimamente la Navidad, mostrando a los nietos  nuestra mejor cara risueña, mordiéndonos las penas disimuladamente, como ya hicieron a su vez, dándonos ejemplo, nuestros padres y abuelos. Así debe ser, como así fue siempre.

   En nuestra casa, la casa de Carmen y mía, de nuestros hijos y nietos, nos tocaba estar y comer todos juntos  el día de Navidad, y también en la  Nochevieja.  Y es muy hermoso y gratificante pensar que,  de aquel primer origen de esta hermosa familia que empezamos Carmen y yo, tras nuestra boda en 1978, hoy, es numerosa, y nos hemos podido reunir  hasta catorce. Ella, Carmen, fue el origen imprescindible, el crisol fuerte y sereno donde se fundieron personas tan maravillosas como nuestros hijos y nietos; y aunque ahora, desde el año 2019, ella nos falta físicamente, está espiritualmente siempre presente en la mente y corazón de todos. Como también están las fotografías de su atractivo rostro repartidas por las paredes de la casa, presidiendo gráficamente todo lo que hemos realizado en familia: la grata comida o cena de cada momento;  los instantes de ocio, juegos de mesa y televisión; los ratos de paz, sueño y silencio, como puede ser este, en el que escribo; teniéndola siempre cercana, imaginada y soñada; reina de nuestros pensamientos y recuerdos; siempre cariñosa, sonriente, dulce e inolvidable.

Adolfo Martínez García


  MAGNÍFICA GRAN GALA LÍRICA Ayer, sábado, día 4 de enero, tuvimos la dicha y privilegio de asistir a la Gran Gala Lírica protagonizada po...