CERCANA AL CAMINO
Viajando al campo
alegre y arbolado
de aquella hermosa tierra del abuelo,
donde hubo vieja viña
en viejo suelo
junto a un camino antiguo y asfaltado,
paso cercano a Carmen,
casi al lado,
y hacia allá miro y
subo con anhelo,
con
esperanza y fe implorando al Cielo:
que su alma esté feliz con Dios amado,
que tenga siempre paz
en su memoria
con los recuerdos bellos de mi amor
y su visión divina de La Gloria,
pues
ahora es luz y es ángel del Señor;
pero
fue madre y musa de mi historia,
dándome
dicha, tres hijos y honor.
Adolfo Martínez
García

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