viernes, 5 de diciembre de 2025

 


Se van acercando las fechas importantes de la Navidad, siempre alegres y muy familiares para todos; pero también penosas y nostálgicas por las ausencias eternas de quienes  se nos fueron de nuestro lado y jamás volveremos  a ver. En este mes, algunas personas perdimos a nuestra pareja, a nuestra confidente, esposa y compañera, con la que, hace muchos años, habíamos emprendido la aventura de formar una familia y vivir juntos ese sueño maravilloso de tener hijos y nietos. La familia surgió feliz y siguió creciendo gozosa; pero a ella  la perdimos hace casi seis años  y, aunque ya no la veamos jamás, siempre la tenemos muy presente en la memoria y el corazón. Se va acercando aquel día de la muerte de Carmen, y recordándola constantemente le he escrito otro poema:     

                          SIN TI: PERDIDO  

En un rincón del mundo algo escondido,

sin nadie cerca, solo y alejado,

pensando  aquellos días del pasado

que están muy dentro y nunca los olvido,

sigo soñando escenas complacido

de cuando novio, siempre enamorado,

 del  brazo, ibas tú justo a mi lado

con tu sonrisa y gesto distinguido;

pero hoy, ausente tú, voy solitario

 surcando un rumbo incierto en mi camino,

y poco o nada me es ya necesario.

Mi amor por ti es el único destino:

¡Vivir contigo un sueño  extraordinario,

sublime y bello, puro y cristalino!

        

            Adolfo Martínez García


martes, 25 de noviembre de 2025

 HACE CASI CUARENTA AÑOS

Por el año 1986, escribí el resultado de una ardua investigación sobre un entrañable y original personaje llamado Antonio López Sotos, “El Cojo de Nazareno”, y su extensísima familia de antepasados que se remontaban hasta casi el siglo XVI, así como sus numerosos descendientes, (hijos, nietos, bisnietos, y los tataranietos que existían en el año que formé y grapé los folios mecanografiados, 1986). Por parte paterna, yo soy uno de sus muchos bisnietos.


Descubrí en aquella investigación que, el apodo de “Nazareno”, le venía heredado y transmitido desde, al menos, ocho generaciones de antepasados, que con este apodo eran conocidos por el resto del pueblo. Por lo que tenía una especial curiosidad y empeño en llegar a saber el por qué de aquel apodo familiar; desde luego, relacionado con las procesiones de Semana Santa y la cofradía de Jesús Nazareno, de la que eran y somos nazarenos la familia todavía.
He considerado que aquel humilde trabajo histórico de genealogía familiar, creado a multicopista y grapado “caseramente” por mí, merecía completarse con más datos informativos, ser ilustrado con las fotografías originales que he podido recoger, como los retratos de algunos de los hijos e hijas de “El Cojo de Nazareno”, que en total tuvo 12, y me faltan aún varias fotos que me están buscando sus descendientes, a los que les doy las gracias anticipadas. Y he incorporado a este nuevo libro, el árbol genealógico en color de toda la gigantesca familia, que irá en una hoja grande y desplegable para que al ser mayor, sea más legible; y todo ello maquetado y publicado por la magnífica editorial con la que sigo en contacto desde hace años. Por curiosidad histórica, o por parentesco, bien cercano o lejano, si alguien estuviera interesado en obtener dicha investigación o libro, ya comunicaré su nacimiento y publicación a través de este mismo medio.
El estar jubilados y ser ya mayores, no significa que debamos permanecer inactivos y poco creativos, pues a pesar de las determinadas circunstancias sentimentales de cada uno, es una buena época de la vida, serena, reflexiva y pacífica, muy propicia para seguir desarrollando nuestras inquietudes.
ADOLFO MARTÍNEZ GARCÍA

viernes, 21 de noviembre de 2025

 

       ADIOS A JULIO MARTÍNEZ ARENAS

A las 17 horas de la  tarde del viernes 21 de noviembre de 2025, asistí con  varios amigos a la misa del sepelio de Julio Martínez Arenas, muy conocido popularmente como “Julio el de la Rosa de Oro” por la tienda o comercio que tuvo en el paseo de Ramón y Cajal.  Para mi generación, fue un veterano deportista muy admirado y querido, pues  lo tuvimos como amigo, entrenador,  ejemplo de buenísima persona y deportista múltiple  desde su juventud hasta su madurez, practicando los deportes de  tenis de mesa, senderismo,  acampada, natación,  baloncesto, pesca, caza menor, fútbol, del que también fue entrenador y presidente de este  deporte en el Club Polideportivo…  Y también lo conocimos muy ilusionado y lleno de vigor en su parcela del “Pozobueno”, con su cilíndrico molino, pozo y piscina, trabajando con optimismo en parte de su tierra para conseguirle suculentos frutos hortícolas, con los que alguna vez merendamos allí. Y mucho después, algo abatido por el paso de los años y algunas dolencias, ya en su hogar, bien cuidado por sus hijos Julio y Víctor, lo visité y pudimos aún conversar de la vida y del deporte, siempre  optimista y esperanzado, siempre buen conversador y amigo. 

     Hemos sentido muchísimo su muerte, y ya poco podemos hacer, salvo seguir recordándolo con cariño y desearle lo mismo que  deseo a mi mujer, familia y amigos en mis visitas a sus nuevas moradas:

   Julio, que Dios te acoja en su Gloria, que seas feliz en tu nuevo estado o mundo, y Descanses En Paz.

                           Adolfo Martínez García

jueves, 20 de noviembre de 2025

 

             RECUERDOS CONTRA LA NOSTALGIA

Pasamos por la vida acumulando experiencias maravillosas que nos  hacen sentirnos seres privilegiados  y enriquecidos espiritualmente:

    ¿Quién no se siente absorto y reflexivo al contemplar lentamente un esperanzador amanecer? O, atardeciendo, ¿ Quién no admira nostálgicamente “una  puesta de Sol” tintada de acuarela? 

   Es cotidiano, pero excepcional: escuchar y ver en el campo el alegre gorjeo y volar de los pájaros sintiendo las caricias de nuestro astro rey; ver crecer a nuestro alrededor a los hijos y nietos, sintiendo el calor y orgullo emocionado de cada día al llamarnos padre, o abuelo; haber tenido una infancia llena de juegos, “tebeos”, amigos y sueños, que conservamos y recordamos con ilusión; y haber vivido segundos, meses o lustros descubriendo lo que era estar enamorado en un primer sentimiento platónico de adolescencia, deseando ser amado dulce y plenamente por aquel otro ser inolvidable; o admirar la visión  de un campo con rosas, claveles o margaritas, percibiendo la fragancia y esencia de sus flores.

    Haber escuchado tantas creaciones musicales  y voces magníficas que nos engrandecían el alma y erizaban la piel en sentimientos y emociones únicas; haber bailado con nuestra pareja  en aquellos domingos de juventud, con las canciones y conjuntos de moda, bien en “El Castilla Park”, discotecas o bodas, aunque hoy, desconectados del mundo,  alcanzaron ya la senectud, su derribo y casi el olvido.

   ¡Cuántas maravillas  hemos vivido y contemplado en nuestra existencia!

   ¡Aquellos tiempos de cines entrañables: “El Cervantes”, “La Avenida”, “El Rialto” o “El Gran Cinema”, con sus sesiones festivas de tarde y noche, o en las sesiones continuas de los jueves especiales  en las que nos llevábamos un suculento bocadillo para cenar mientras disfrutábamos de la película; haber experimentado nuestra noviez, nuestro matrimonio y enamorada vida con la idílica e inolvidable pareja, ( yo con Carmen),  que nos bendijo con hijos y nietos…

    Por tantos acontecimientos vividos que recordamos, mereció la pena haber nacido y seguir aún existiendo con placer, alegría y satisfacción; a pesar de que todos, unos más y otros menos, tengamos también circunstancias  y experiencias negativas que sufrir y recordar.

    Otros seres no llegaron nunca a nacer. Por todo lo expuesto, y muchas mas razones que omitimos por no hacernos interminables, pienso que, en general,  debemos sentirnos privilegiados por lo vivido y lo que aún podamos vivir; convirtiendo nuestros posibles pensamientos negativos, crisis o desánimos, en pequeñas esperanzas y agradecimientos vivificantes. ¡El Sol volverá mañana a salir, como siempre,  y nuestros bonitos recuerdos a florecer!

Adolfo Martínez García

viernes, 7 de noviembre de 2025

 

LOS NOMBRES A TRAVÉS DE LOS SIGLOS

En una interesante conversación, estábamos comentando y preguntándonos mi hijo Adolfo, mi yerno Jesús y un servidor, cómo los nombres antiguos rodenses de lugares determinados o de hechos significativos del pasado, fueron y son respetuosamente transmitidos de generación en generación hasta llegar a nosotros, que seguimos nombrándolos, manteniéndolos y transmitiéndolos también  a otras generaciones.

  Aunque, a veces, el significado, el por qué de ese nombre,  incluso el lugar  o hecho exacto, pudo habernos sido desconocido durante mucho tiempo, hasta que algún anciano, o algún documento encontrado en un archivo, nos  pudieron resolver nuestras incógnitas.

   Por ejemplo: hasta no hace demasiados años, muchas personas mencionábamos “la gasolinera del Portazgo”; o “el barrio del Portazgo”, etc.; y sabíamos por dónde estaba, pero no sabíamos bien lo que significaba, ni si existía todavía, y dónde estaba exactamente.

   (Después de muchos años, un anciano muy interesante y culto, me informó que aún estaban en pie, pero ocultos, los capiteles y fustes de las columnas del porche primitivo del Portazgo; visité el lugar en el antiguo Camino Real; e investigué que,  antiguamente, se  cobraban allí unas tarifas determinadas por pasar con ganado, alimentos, animales, esclavos, etc. desde tierras del reino de Castilla, como La Roda, a las entonces tierras del reino de Murcia; y desde tiempos de los Reyes Católicos se regía y funcionaba con las  normas estrictas dictadas por ellos (en el año 1500, según los documentos encontrados  por la historiadora e investigadora rodense María Pilar Gil García); pero su antigüedad era muchísimo mayor.

   Y seguimos mencionando otros nombres  antiguos que todavía perduran entre nosotros (aunque parezca difícil y mentira que sigan “vivos” a través de tantos años)  y guardan interesantes orígenes o significados, como por ejemplo: el barrio de “Las Cábilas”;  el barrio de “La Goleta”; “el Camino Romano”; “La Balsa”; la calle de “La Balsa”; el paraje de “El pozo bueno”;  “Hoya Murciana”; “El Castillejo”; “Las Zorreras”; “el castillo de Robda”; “Las cuatro esquinas”; “La Miliaria”; “El Carrasco”; “El Concejo”;  etc. etc. , que con precisión y respeto han sabido conservar y transmitir las personas de generaciones anteriores a las nuestras. Y eso mismo debemos seguir haciendo nosotros para el futuro.

   Y sería interesante pensar e investigar :

   ─ ¿Desde cuándo, más o menos,  se vienen nombrando  cada uno de esos nombres antiguos ? ¿Y por qué?

   ─ ¿ Cuál de estos nombres antiguos con sus peculiares significados (a descubrir en algunos de ellos) es el nombre que creemos con más antigüedad en La Roda?

   Podremos investigar y opinar cada uno lo que creamos conveniente; pero lo importante es que no se pierdan estos y otros nombres que provienen del pasado histórico de nuestra villa, y que tuvieron en su época un determinado significado e importancia y, aunque ahora haya disminuido o desaparecido, siguen siendo un testimonio histórico de su época, y se deben conservar tal y como nos los han transmitido.

   Adolfo Martínez García


sábado, 1 de noviembre de 2025

 

                     


                    EL NO VOLVER A VERTE

Pensar que nunca más volveré a verte,

es, más que un cruel y horrible pensamiento,

el peor final de un bello sentimiento

que ansiaba estar contigo y complacerte.

Quisiera:  ver tu linda faz sonriente,

besar tu cuerpo entero en un momento

diciendo a gritos todo lo que siento:

llorando mi alma triste por tu muerte.

Recuerdo aquel amor apasionado,

cantar, amar , reír en nuestro lecho

pegado a tí, febril y enamorado,

sintiendo dulces  roces en mi pecho,

del tuyo, suave, bello y agitado…

¡Pero ahora estoy sin ti! solo y maltrecho.

 

                  Adolfo Martñinez García

viernes, 24 de octubre de 2025

 

  

     

CERCANA AL CAMINO 

Viajando al campo alegre y arbolado

de aquella hermosa  tierra del abuelo,

donde hubo vieja viña en viejo suelo

junto a un camino antiguo y asfaltado,

paso cercano a Carmen, casi al lado,

y hacia allá miro y subo con anhelo,

con esperanza y fe implorando al Cielo:      

que su alma esté feliz con Dios amado,

que tenga siempre paz en su memoria

con los  recuerdos bellos de mi amor

y su visión divina de La Gloria,

pues ahora es luz y es ángel del Señor;

pero fue madre y musa de mi historia,

dándome dicha, tres hijos y honor.

                                Adolfo Martínez García


  Se van acercando las fechas importantes de la Navidad, siempre alegres y muy familiares para todos; pero también penosas y nostálgicas por...