viernes, 27 de junio de 2025

 

          CURIOSIDADES HERÁLDICAS LOCALES

Bien por dejar el coche bajo su sombra, bien porque en su interior acoge a muchísimos mayores de nuestra villa, pasamos casi todos los días por delante del magnífico  “Lienzo de doña Ana”  con su escudo testimonial  de un pasado hidalgo, y lo admiramos  por su hechura renacentista e  historia que aglutina recuerdos de personajes importantes de su época.

   Fue levantada tal construcción por encargo de don Pedro Carrasco Barrionuevo y su esposa doña Ana Ortiz Ramírez de Arellano, para un proyectado palacio que no llegó a construirse, pues se pararon sus obras ante  la muerte de don Pedro en el año 1591, y así ha llegado hasta nosotros.

      Sobre la portada del “Lienzo de doña Ana” está el escudo de armas o escudo nobiliario de esta rama rodense de “Carrasco y Barrionuevo” de La Roda, del siglo XVI; y hay  otro escudo existente en la “Esquina de Alcañabate”, del siglo XVII, concretamente de 1627, correspondiente al mismo linaje rodense de Carrascos, pero en su variante de “Carrasco y Alcañabate”(la mansión con su escudo era de don Pedro Carrasco y Alcañabate), teniendo ambos escudos idénticas figuras en los cuarteles que se refieren al linaje Carrasco:

   El escudo del “Lienzo…” aparece  partido (verticalmente)  en  dos cuarteles; llevando en el primer cuartel una carrasca con un desdibujado o desgastado animal (¿lebrel…?) ;  y el segundo cuartel está a su vez cortado (horizontalmente), mostrando en el subcuartel de arriba una estrella, y en el de abajo una flor de lis.

   Idénticas figuras se repiten en el tercer cuartel del escudo de la” Esquina de Alcañabate”,  que como ya hemos dicho pertenece a los “Carrasco y Alcañabate”. Por lo tanto, estas dos ramas variantes  del linaje rodense de los Carrascos, llevan las mismas figuras ya expresadas: una carrasca con animal; una estrella  y una flor de lis. Sus personajes históricos eran familia y tenían un mismo origen común.

   Sin embargo, las figuras que corresponden al escudo de la rama albaceteña de “Carrasco y Villanueva”, en la capital,( emparentados con los de La Roda), aunque llevan también parecida disposición, es algo distinto al rodense: Primero está el escudo cortado (horizontalmente) en dos cuarteles, y el cuartel de abajo, a su vez está partido, llevando en el subcuartel de su derecha  la figura de la estrella; en el subcuartel de su izquierda lleva una flor de lis; y en el cuartel de arriba muestra un castillo con un lebrel atado en la puerta y  tres carrascas a cada lado del castillo, (estas son figuras distintas a las de La Roda, que es una sola carrasca y sin castillo). Y  pueden verse perfectamente las figuras completas de este escudo del linaje Carrasco y Villanueva en Albacete, en uno de los dos escudos de la antigua fachada de la “Casa de los Picos”, demolida en el año 1977, y después adosada a la entrada de la antigua “Posada del Rosario” (véase en foto adjunta).

   En nuestra localidad, hay un tercer escudo nobiliario con un cuartel alegórico al linaje  de los Carrasco, tallado en el siglo XVIII, y que está  en la fachada del palacio de la Condesa de Villaleal; pero en este caso,  las figuras  se refieren a los Carrascos de Albacete,  pues lleva las figuras ya mencionadas del escudo de los “Carrasco y Villanueva” de  la ciudad de Albacete.

   ( Resulta que nuestra paisana doña Joaquina de Arce y Lara, “Condesa de Villaleal”, podríamos considerarla estar dentro de los linajes y escudos de dos ramas diferentes de Carrascos: por un lado los “Carrasco y Barrionuevo” de La Roda,  por  su bisabuela doña Ana María Carrasco Ramírez de Arellano, casada en el año 1662 con don Juan de Arce de la Torre Villanueva y Zapata;  Y por otra parte, con el linaje y escudo de los “Carrasco y Villanueva” de la ciudad de Albacete, a través de su marido don Fernando Carrasco y Rocamora, con el que se casó el día 4 de octubre del año 1777, descendiente  de aquel linaje albaceteño del siglo XVI, encabezado originariamente por los hermanos  don Pedro y don Pablo Carrasco que consiguieron la ejecutoria de hidalguía, para ellos y sus descendientes, en el año 1564. Las  figuras de dicho escudo albaceteño están talladas  en el escudo de la fachada del palacio de la condesa de Villaleal de La Roda; ( si bien, en éste no lleva tres carrascas a cada lado del castillo, sino una a cada lado).

  Aunque, todas las ramas “Carrasco” mencionadas de uno y otro sitio, pudieran tener un mismo origen ancestral si nos remontáramos hasta los tiempos de la Reconquista.

   Por rutinas y costumbres habituales  “ vamos de paso” por nuestras calles y no pensamos ni nos detenemos demasiado en los restos pétreos que aún permanecen en pie y son testigos fidedignos del pasado de nuestra villa; pero “de vez en cuando”,  deberíamos pararnos ante ellos para   congratularnos orgullosos de tenerlos ahí aún, a pesar de los siglos que han transcurrido por ellos; porque, afortunadamente, son  la prueba palpable del respeto que tenemos los vecinos de La Roda por nuestra historia y tradición.

Adolfo Martínez García

jueves, 19 de junio de 2025

   ZARZUELA EN EL TEATRO CIRCO DE ALBACETE

Totalmente ajenos a la tormenta de viento, lluvia y granizo que caía sobre La Roda en la tarde del domingo 15 de junio, hubo varias personas de nuestra localidad que estábamos en el Teatro Circo de Albacete presenciando la famosa zarzuela de Jacinto Guerrero, “La rosa del azafrán”. 

   Con varios meses de antelación, mi hija Fuensanta, sabiendo lo mucho que me gusta este género lírico tan español,  había sacado ya dos entradas para el segundo día de dicha zarzuela, que primero estuvo programada para el sábado y después se pensó pasarla al domingo, a las 19 horas.  A la salida del teatro, al encender los móviles nos enteramos de todo lo ocurrido en nuestro pueblo, preocupándonos por todo lo sucedido y sus posibles daños, llamando por los móviles a la familia.

   La gravedad de la tormenta y sus destrozos, quitaron el inmediato protagonismo  y los comentarios críticos sobre la zarzuela que habíamos visto y oído.  

  Pero, aún resuena en nuestra memoria la música de tan manchega zarzuela que ahora deseo comentar brevemente:  La orquesta era la  sinfónica del conservatorio superior de música de Castilla-La Mancha  dirigida por Pablo Marqués Mestre; el coro era El Orfeón de la Mancha dirigido por Juan Fernando Cebrián; el director de escena fue Ignacio García; y aunque la mayoría de los personajes en escena también eran del propio Albacete como Juanma Cifuntes (polifacético actor y cantante que el año 2008 fue el mantenedor de nuestra Gala Literaria) y que en la zarzuela hizo el papel cómico de Moniquito, el elenco de personajes en la obra estuvo lógica y especialmente reforzado con algunos cantantes  líricos profesionales: María Ruiz, soprano segoviana  de maravillosa voz en el papel del ama Sagrario;  por el barítono madrileño Alberto Arrabal, de idílica y profunda voz en el papel de Juan Pedro; o Carolina Moncada en el papel de Catalina, etc. Gustó mucho. Todos lo hicieron muy bien y fue la obra muy aplaudida. 

Adolfo Martinez García 


jueves, 5 de junio de 2025

 

               ENRIQUE DE LA HOZ AL PIANO

El nombre de este rodense está perpetuado;  volvemos a recordarlo especialmente al llegar las fiestas mayores de la villa,  que primero fueron en el mes de mayo con la estancia en el pueblo de la Virgen de los Remedios (1942-1954), y después se mudaron al  mes de agosto (1955- 2025 etc.) ; pero  el nombre de Enrique de la Hoz Díaz y su pasodoble “Luminaria”, tradicionalmente vuelven a resurgir con alegría y fuerza cada año en la presentación  y coronación de la reina de las fiestas y sus  damas de honor.

   Conocemos  de su vida muchos detalles entrañables e importantes, pues nació en La Roda y aquí transcurrió su infancia y juventud,  hijo de Julia Díaz Basauri y de Gonzalo de la Hoz Jornet, (hermano del recordado maestro de escuela y poeta sublime de la Virgen de los Remedios, don Antonio de la Hoz Jornet, que muchos conocimos y fuimos sus alumnos e incluso compañeros cuando llegamos a coincidir en el colegio José Antonio en sus últimos años de docencia).

   El abuelo de Enrique de la Hoz Díaz,  de igual nombre, fue: Enrique de la Hoz Fernández, que vino a  La Roda como médico por el año 1877; era de Alovera (Guadalajara) y estaba casado con Asunción Jornet y Romera, de Granada. Aquí vivieron con sus  ocho hijos ya rodenses ( Rafael, sor Pepita, sor Carmen, Enrique, Gonzalo, Antonio, Salvador y Francisco). Y es muy curioso descubrir que el padre de este médico mencionado y abuelo de nuestro protagonista creador del pasodoble “Luminaria”, también fue médico y también  había venido a La Roda como tal en el año 1855, con 30 años de edad; se llamaba Rafael de la Hoz Sanz, era de Paradinas (Segovia), casado con Micaela Fernández Riaza, de Madrid. (Según refleja mi estudio genealógico del linaje “de la Hoz”)

   Ya hice un amplio artículo sobre nuestro protagonista el día 7 de junio de 2007 y lo publiqué en el blog “La Roda, mi patria chica”, dando detalles de los cargos importantes que desempeñó en su vida este ilustre rodense. Sólo quiero recordar que desde muy joven,  en La Roda fue un culto tertuliano e intrépido escritor en los periódicos locales, en las reuniones sociales, en los actos culturales y musicales…Había aprendido autodidácticamente a tocar el piano y a participar en actuaciones culturales de la villa: teatros, bailes, zarzuelas…

    Había logrado salvarse, milagrosamente, de las matanzas y odios de la guerra civil española, no como le ocurrió a parte de su familia; y posteriormente desempeñó los cargos culturales y artísticos más diversos:  

   Director de Radio Nacional de Cuenca; en América estuvo en la Radio  Nacional Colombiana y en la Escuela de Arte Dramático de Bogotá, del teatro Colón. ( Durante  aquellos años en Colombia, Enrique de la Hoz grabó un disco de alegres canciones españolas interpretadas por él al piano; lo hizo en “Industrias Fonográficas Sello Vergara” de Bogotá, con las siguientes interpretaciones:   Fandango de Huelva; Sevillanas; Lagarterana;  Jota aragonesa; El Vito; El U y el dos; Seguidillas madrileñas;  y Malagueña. Podremos escuchar ahora una de ellas, titulada “Lagarterana”, pulsando en la foto ilustrativa del artículo).

   Siguiendo con los cargos que desempeñó en la nación, fue Subdelegado General de Cultura de España;  Jefe de Emisiones de Radio Nacional de España en Madrid, siendo también el director-gerente de la prestigiosa revista “Música”; Subsecretario General de Cultura Popular  del Ministerio de Información y Turismo;  Comisario General de los Festivales de España;  impulsor en la creación de la Orquesta Sinfónica de Radio y Televisión  y en la creación de la Compañía  del  Teatro Popular Español;

   Por 1982, Delegado en la Orquesta de RTVE, ( antes había sido Comisario Nacional de la Música y Vicepresidente ejecutivo de la Orquesta Sinfónica de RTVE); Además, fue  el responsable técnico y  crítico de la Orquesta Nacional de España en su cargo de Comisario de la Música en el Ministerio de Educación y Ciencia; de desarrollar y divulgar los Festivales de España por todo el territorio nacional. Y especialmente fue el artífice  en la idea de crear y lanzar el grandioso espectáculo lírico de la “Antología de la Zarzuela” que tan maravillosamente supo montar y dirigir José Tamayo.

   En dos comentarios que en el año 2007 me mandaron desde América en el artículo de mi blog ya mencionado,  me escribieron en uno:

   “Tuve el placer de ser su asistente en la Embajada de España en Bogotá. Inolvidable maestro de maestros”.

   Y en el otro comentario me decían: “ Desde su llegada a Bogotá (Enrique, Cecilia y doña Carmen) hicieron gran amistad con mis padres.”

   De él dijeron en la prensa madrileña: “Fue un hombre para la música, y para el teatro, el periodismo, la radio y el espectáculo en general; pero fue sobre todo un hombre de bien que dedicó con pasión su vida a lo que amaba".

   Y este gran hombre, que tuve la dicha de conocer en el entierro de su tío, nuestro maestro don Antonio de la Hoz, fue el  compositor del conocido pasodoble “Luminaria” y  el autodidacta pianista no profesional, alegre, inquieto y dinámico que podremos escuchar ahora al piano, presionando en la foto de la carátula de su propio disco colombiano.

Adolfo Martínez García  




lunes, 2 de junio de 2025

 

                     TARDE DE MÚSICA TRADICIONAL

Con motivo de la conmemoración del X aniversario de la Banda de Música “Virgen de los Remedios” de La Roda y la presentación oficial de su primer disco grabado con la ya tradicional música rodense, tuvimos el placer de asistir a su magnífico concierto en el auditorio de la Casa de la Cultura, ayer sábado día 31 de mayo de 2025,  a las 19´30 horas, correspondiendo a la amable invitación de su presidente Juan José Castillo Villodre.



   Después de una primera intervención por parte del presidente de la banda y asociación musical Juan José Castillo Villodre  y el reconocimiento y obsequio recordatorio a los dos directores que hasta ahora ha tenido la banda de música: Juan Villodre Jiménez y Francisco Ortiz Sotos, entre los aplausos cariñosos del público asistente, dio comienzo el concierto  presentado y documentado magníficamente por Federico Martínez Jiménez que nos iba introduciendo en las identidades, historias y circunstancias correspondientes a cada pasodoble o himno que se iba a interpretar inmediatamente después.

   Escuchamos con atención y una cierta emoción  todas las piezas musicales que tenían programadas y constaban en el disco conmemorativo, desde la primera ´audición que escuchamos: “El Himno de La Roda”,  y después  algunos  pasodobles muy conocidos y sentidos, como es el festivo “Luminaria” de Enrique de la Hoz…etc., hasta otros  dedicados a personajes rodenses amigos del autor, Guzmán Cárcel Pedro, que tantos años estuvo en La Roda dirigiendo la  Banda Municipal de Música,  dando clases de solfeo, piano, etc. a los alumnos educandos para la banda, conservatorio, o estudiantes de Magisterio, y del que todos tenemos gratos recuerdos.

   Finalizó el concierto con todo el público en pie mientras, animados a cantar por el director de la banda de música, Francisco Ortiz Sotos, vuelto hacia el público y cantando, cantábamos emotivamente todos, imitándolo sin complejos en el precioso himno a la Virgen de los Remedios con música de Guzmán Cárcel y letra de  Antonio de la Hoz. Todo el público lo cantó de pie, junto a la espléndida y joven banda de música que lleva el nombre de nuestra patrona. Y después, los aplausos de entusiasmo hacia tan jóvenes músicos y  dinámico director, fueron prolongados, calurosos, llenos de cariño y de admiración. ¡Fue una maravillosa tarde cultural, llena de música y  tradición!

Adolfo Martínez García

domingo, 25 de mayo de 2025

                                                      UN RECUERDO ENTRAÑABLE

Nosotros, también participábamos como una familia más, católica, en esta preciosa costumbre mariana de la “Ofrenda de flores” a la imagen de la Virgen de los Remedios. Desde bien pequeños, nuestros hijos nos acompañaban con sus ramos de flores, vestidos con los trajes tradicionales manchegos, y subíamos la cuesta hacia la iglesia, muy orgullosos y esperanzados, como cualquier otra familia de esta tierra, a llevar los hermosos y humildes ramos de flores oferentes a Nuestra Señora.


El recuerdo que me trae esta escena y fotografía tan carismática, solidaria y bonita, de aquella ofrenda hacia la Virgen María en la advocación de Los Remedios, lo volvimos a repetir juntos como familia muchísimas veces, conforme iban creciendo nuestros hijos, hasta que la vida dice cuando se cambian las circunstancias y se acaba tal escena familiar de antaño.
Ha pasado el tiempo, han transcurrido los años; los hijos se hicieron mayores, tienen su propia vida independiente, su nueva familia y, sobre todo…¡ Carmen no está! ¡Es imposible que esta escena familiar de la fotografía se pueda repetir, salvo en los sueños! Y, aunque ciertamente me da envidia sana ver ahora otras nuevas familias con los hijos pequeños y padres jovencísimos, como fue la mía en la fotografía… me fortalecen y dan resignación los bellos recuerdos, y son muchos, cuando año tras año desfilábamos los cinco cuesta arriba, con alegría, fe y esperanza, buscando la imagen de la Virgen rodeada de flores.
Adolfo Martínez García

martes, 22 de abril de 2025




DE AQUELLOS RÍGIDOS TRÁMITES MATRIMONIALES

Investigando otros temas, me he encontrado con los extraños requisitos o leyes que tuvieron que acatar y superar los jóvenes soldados  rodenses que deseaban contraer matrimonio por el año de 1883; aunque no serían sólo los soldados de nuestra localidad, y esos requisitos serían comunes para toda España.

   Ante el juez municipal, comparecían los padres de los futuros esposos para dejar constancia de que estaban conformes con la futura boda de sus hijos. Ese acta positiva se llamaba “Consejo paterno”; pero si no era favorable, es decir si los padres no  consentían la pretendida boda, ¡no podían casarse! (Según leo estaba ordenado por el artículo 15º de la ley de 20 de junio de 1862).



   También el “Presbítero Capellán Párroco del Batallón o Regimiento” donde el novio estaba de soldado, tenía que escribir un certificado en el que se reflejaba el estado de soltería del soldado, refrendado y supervisado por la firma del comandante en jefe del batallón.

   Esos trámites previos al enlace matrimonial eran imprescindibles; aunque ahora, en nuestros tiempos de libertad, de libre albedrío, los veamos exagerados y hasta  ridículos. El descubrimiento de algunos expedientes de soldados con el apellido CEBRIÁN,  y el oficio de TEJERO, muy tradicionales, abundantes y conocidos en La Roda,  han despertado mi curiosidad y los he leído con mucho interés,  tomando las notas o apuntes necesarios para completar este artículo.

   Por ejemplo, el 23 de mayo de 1883, ante el juez municipal compareció Pedro Cebrián Toboso, viudo, de profesión tejero, dando su “consejo paternal para su hijo José Cebrián Chacón,  de 23 años de edad, soltero, también tejero, que deseaba contraer matrimonio con Dolores Oltra Moreno, de 20 años, soltera. En el mismo acto estaba presente la madre de ella, Antonia Moreno Moreno, al haber fallecido el padre, para dar también su consentimiento ante el juez.

   Y en este expediente estudiado,  el Capellán Párroco del “Batallón Depósito de Albacete nº 55”, donde servía el soldado José Cebrián Chacón, se incluía el correspondiente certificado con fecha 21 de abril de 1883, donde se leía que era soltero y no había contraído matrimonio con nadie en el periodo de tiempo que estaba sirviendo en el batallón.

   Finalmente, mirando con gran curiosidad en las partidas matrimoniales de los libros parroquiales de La Roda ( por family search) para conocer el resultado, compruebo que ese mismo año de 1883, el día 9 de julio, se casaron felizmente en la iglesia parroquial El Salvador de La Roda.

   Los mismos requisitos y pasos obligatorios tuvieron que realizar

otros miembros del apellido Cebrián y de oficio tejero, cuyos expedientes del mismo año, 1883, he seguido investigando:

    Como hizo el padre Juan Cebrian Carrasco, tejero de oficio, para su hijo Florentino Cebrián Escudero, tejero y soldado del Regimiento de Infantería de Soria nº 9, Segundo Batallón; e hizo el padre Juan Sotoca  Martínez, sastre y viudo,  para casar a su hija Isabel Sotoca Tébar, con dicho novio, (que lo hicieron finalmente el 03-03-1883); (Después, difunta esta mujer, él se volvió a casar con Emilia Molina Cebrián el 18-08-1888).

   Otro tanto ocurrió con el joven de 25 años  Juan Cebrián Toboso, soltero y tejero de profesión que  deseaba casarse con Amalia Romero Giménez, de 20 años de edad. Ante el juez, para levantar el acta de “consejo paterno” se presentó el primero con su madre Ana María Toboso Cuchillo porque su padre Juan Cebrián Angulo había muerto. Y representando a la novia estaba su padre Doroteo Romero Ballesteros. Finalmente, los novios contrajeron matrimonio en la iglesia El Salvador  el día 16 de abril de 1883.

    Deseo compartir estas curiosas investigaciones con ustedes, donde, seguramente, habrá algún lector interesado  o descendiente de estas ancestrales familias locales “del barro y el fuego” (tejeros de oficio). ¡Son muy curiosas estas historias  que experimentaron y asumieron aquellos jóvenes rodenses del siglo XIX para poderse casar! Y el contraste comparativo con nuestras actuales libertades en este tema… es abismal.

Adolfo Martínez García



 

 

                             DE LOS NAZARENOS

Estamos llenos de  costumbres ancestrales que se van cumpliendo fielmente a través de los años. Algunas familias conservan celosamente los hechos, los dichos, las tradiciones que ya repetían sus abuelos y a pesar del tiempo transcurrido, los nietos procuran que no se pierdan en la actualidad.

   A mi bisabuelo paterno (1839-1923) le llamaban, y así él mismo se firmaba después del nombre y primer apellido, “El Cojo de Nazareno”, (Antonio López, El Cojo de Nazareno). Sus descendientes más jóvenes sabíamos por nuestros padres que, en efecto, estaba cojo por un accidente que  padeció en su infancia, y también sabíamos que fue nazareno o cofrade de la hermandad de Jesús Nazareno, como por tradición lo somos sus descendientes, (por ejemplo, en mi casa somos ocho nazarenos, que pagamos nuestras cuotas anuales y participamos en la Semana Santa de cada año: un servidor, mis dos hijas e hijo, y mis tres nietas y nieto; oscilando nuestras edades entre los dos años de Alicia, la nieta y nazarena más jovencita, hasta los ochenta y dos años míos).



   Pero, hace muchos años que, investigando sobre otros temas, me encontré un censo municipal del año 1857 y en dicho censo figuraba el padre de mi bisabuelo, es decir, mi tatarabuelo paterno, que lo tenían inscrito en dicho censo como Antonio López “Nazareno”; y no era ese su segundo apellido, que era Vinuesa. Entonces comprendí que, antaño,  aquella familia era conocida en el pueblo como la familia de “los Nazarenos”, pues seguí buscando  en los archivos: el  parroquial de La Roda y el Histórico Provincial de Albacete, en el Catastro de la Ensenada, Protocolos Notariales, etc. llegando mis hallazgos hasta más allá del año 1640, con un Antonio López “Nazareno” casado con Ana Beltrana, que fue nuestro abuelo octavo, es decir cinco abuelos más después del tatarabuelo antes mencionado. Casi todos ellos, y hasta las hermanas, llevaban el “Nazareno” o “Nazarena” al final de su nombre. ¿Era un apodo o mote? ¿Por qué? ¿Qué se guardaba tras ese nombre a través de los siglos?

   Y empecé a intuir que algo había relacionado con la hermandad de Jesús Nazareno, pues habían sido cofrades de ella; aunque los más antiguos lo habían sido de la hermandad de “La Sangre de Cristo”, primitivo nombre de la cofradía, antes de ser prohibidas sus procesiones disciplinantes con flagelaciones sangrientas, por el rey Carlos III en el año 1777, siendo disueltas las cofradías pasionarias con tales flagelaciones públicas. Pero fue reformada la cofradía, cambiándole el nombre  por “Hermandad o Cofradía de Jesús Nazareno” y dejando de ser disciplinantes,  siguieron  haciendo las procesiones de Semana Santa con la misma imagen del Nazareno, y  los  cofrades siguieron llevando las túnicas del mismo color anterior: el morado. (Y siguió siendo la única cofradía pasionaria o de Semana Santa que hubo en La Roda hasta el año 1928).

   El por qué del curioso nombre de la familia “Los Nazarenos”, no llegué a descubrirlo completamente, pero ya a finales del  siglo XVI , hubo una María “Nazarena” casada con un Antonio López y consta que a uno de sus hijos el obispo de Cuenca vino a confirmarlo junto al resto de jóvenes de La Roda de entonces. Y ahí me quedé. No terminé la investigación del ¿por qué aquel apodo?, y todavía lo tengo pendiente.

    ¿Tendría que ver con representaciones teatrales de la Pasión en la propia iglesia donde ella hiciera de María “Nazarena”? ¿Sería porque toda la familia participaba en las primeras procesiones de nazarenos? ¿Por qué a través de los siglos, hasta los tiempos de “El Cojo de Nazareno” permaneció ese nombre o apodo tan significativo? No sé si alguna vez lo llegaré a descubrir; pero desde luego la tradición familiar de seguir siendo nazarenos de la misma cofradía que nuestros ancestros, sigue cumpliéndose.

Adolfo Martínez García

             CURIOSIDADES HERÁLDICAS LOCALES Bien por dejar el coche bajo su sombra, bien porque en su interior acoge a muchísimos mayores...